Un lucense fue detenido por intrusismo profesional porque ejerció durante más de veinte años como ingeniero de obras públicas en una empresa de ámbito nacional, pese a que no tenía la titulación requerida para desempeñar esa función.
El arrestado, de 53 años de edad, se matriculó en esta carrera en la década de los 90 del siglo pasado en una universidad castellana, pero no concluyó los estudios. Entonces presuntamente falsificó la documentación que acreditaba que había obtenido el correspondiente título académico.
Ese título falso le abrió las puertas en el mercado laboral. Así se incorporó a trabajar en una empresa como ingeniero de obras públicas. Nadie se percató de que no tenía la carrera universitaria precisa.
El hombre falsificó en su día la documentación que acreditaba la obtención del título académico de ingeniero de obras públicas
Esa tapadera saltó por los aires cuando una de las administraciones para la que realizaba obras la empresa en la que trabajaba el arrestado comprobó que este no tenía la titulación necesaria, pues uno de los requisitos de uno de los contratos públicos al que optó establecía que el jefe de obra tenía que ser un ingeniero.
La investigación de este caso fue llevada a cabo por agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) de la comisaría de la Policía Nacional de Lugo. Al detenido, que quedó en libertad tras prestar declaración en las dependencias policiales de la Rúa Chantada, no le acusaron de falsedad documental por acreditar un título que no tenía, ya que ese delito había prescrito. Pero sí le atribuyen el de intrusismo profesional.
Esta infracción le puede acarrear a este lucense una multa de 6 a 24 meses por un importe a determinar, según establece el Código Penal.
CONTINÚA EN LA EMPRESA. Una de las curiosidades de este caso es que cuando la empresa se enteró de que este empleado no era ingeniero de obras públicas como decía, no lo despidió. La compañía lo mantiene en plantilla porque está satisfecha con el trabajo que ha desempeñado a lo largo de estos más de veinte años. Eso sí lo rebajó de categoría laboral y lo recalificó como técnico, lo que le acarreó en consecuencia una reducción salarial.