Desarticulados en Lugo tres narcopisos okupas en los que se consumía crack

La Policía Nacional detuvo a tres vecinos de la capital que suman más de 50 antecedentes por tráfico de drogas ► La operación se inició la semana pasada, a raíz de otra intervención en otra vivienda okupada de Xulia Minguillón
Piso en Túnel Oural. XESÚS PONTE
photo_camera Narcopiso desarticulado en Túnel de Oural. XESÚS PONTE

La Policía Nacional de Lugo asestó un duro golpe al tráfico de estupefacientes en la capital con la desarticulación de tres narcopisos -todos ellos ubicados en viviendas okupadas-, en los que se consumía fundamentalmente crack, un derivado de la cocaína caracterizado por su bajo coste y sus elevados efectos, ya que produce una euforia inmediata que genera además una violencia inusual en los consumidores.

Los agentes encargados de la investigación de delitos contra la salud pública realizaron varios seguimientos durante días y finalmente registraron tres domicilios -ubicados en la calle Túnel de Oural, 57; Rúa do Álamo, 19 y Camiño Real, 158-, donde localizaron pequeñas cantidades de estupefacientes y multitud de restos que evidenciaban su consumo. Tal y como señaló ayer el portavoz del cuerpo, "el uso de estas viviendas como narcopisos servía como tapadera para dificultar la investigación policial, ya que los compradores consumían la droga en el interior de dichos domicilios, o en sus patios, y abandonaban la zona sin portar estupefacientes".

La okupación de casas para traficar con droga prolifera en Lugo. Hace un año, la Policía detectó tres pisos y detuvo a cinco personas

La operación policial se saldó además con el arresto de tres hombres que supuestamente eran los encargados de suministrar la droga a los consumidores. Los tres detenidos -vecinos de la capital y con más de medio centenar de antecedentes a sus espaldas-fueron trasladados a la comisaría de la Rúa Chantada y posteriormente pasaron a disposición del juzgado de guardia. Tras escuchar sus declaraciones, el magistrado decretó el ingreso en prisión de uno de ellos, supuestamente el cabecilla de la banda, mientras que sus dos compinches quedaron en libertad con cargos.

Narcopiso desarticulado en la Rúa do Álamo. XESÚS PONTE
Narcopiso desarticulado en la Rúa do Álamo. XESÚS PONTE

 

La Policía Nacional señaló que la investigación que facilitó la desarticulación de los tres narcopisos arrancó ya a finales del pasado mes de agosto, cuando los agentes detuvieron a dos jóvenes que habían okupado una casa en el barrio de A Milagrosa -en la esquina de la Rúa Yáñez Rebolo con Xulia Minguillón-, donde trapicheaban con cocaína. "Se trata de investigaciones correlativas en las que los arrestados utilizaban el mismo "modus operandi", aunque son dos grupos diferentes que inicialmente no tienen ningún tipo de vinculación entre sí", explicó el portavoz policial.

Vivienda de Camiño Real. XESÚS PONTE
Vivienda de Camiño Real. XESÚS PONTE

PRECEDENTES. Este modo de actuar por parte de los traficantes ya había sido detectado en Lugo hace exactamente un año, en septiembre de 2021, cuando los agentes detuvieron a cinco personas y registraron varios domicilios ubicados en Calzada da Ponte, Rúa Milagrosa y Lamas de Prado. Los arrestados habían okupado dichas viviendas, todas ellas en estado ruinoso, para llevar a cabo las transacciones de estupefacientes y facilitar el consumo a los compradores.

Vivienda con okupas en Xulia Minguillón. XESÚS PONTE
Vivienda con okupas en Xulia Minguillón. XESÚS PONTE

 

En aquella ocasión, la Policía registró también una finca de As Gándaras, en la que los traficantes habían realizado agujeros en el suelo para esconder heroína y cocaína metida en botes de cristal. Las dosis ya estaban preparadas para su consumo, "sin que el comprador tuviera que hacer ningún tipo de manipulación ni preparación de la sustancia antes de consumirla". Aquel operativo se saldó con la incautación de 200 dosis de las referidas drogas.

La proliferación de estos narcopisos okupados está generando alarma entre los vecinos de los barrios afectados, que denuncian que el trasiego de toxicómanos genera problemas de convivencia y crea sensación de inseguridad. Los afectados aseguran también que los traficantes okupan viviendas que se encuentran en estado ruinoso y alertan del peligro que supone su utilización.