Desarticulada una banda que robó coches y en varios negocios de Lugo, A Coruña y Zamora

La Guardia Civil detuvo a tres individuos y recuperó la docena de vehículos utilizados en todos estos hechos
Uno de los coches sustraídos. EP.
photo_camera Uno de los coches sustraídos. EP.

La Guardia Civil desarticuló una banda que se dedicaba al robo de vehículos con los que, después, llegó supuestamente a perpetrar veintisiete asaltos, entre agosto y octubre del año pasado, en establecimientos de Lugo, San Cibrao, Cervo, Foz, Outeiro de Rei, Oural, Rubián, Escairón, Chantada y Sarria, y también en Culleredo, (A Coruña) y en Benavente y Torre del Valle (Zamora).

En concreto, la Benemérita detuvo a tres integrantes de este grupo criminal, asentado en la capital lucense. El supuesto cabecilla de la banda fue arrestado a su regreso de Francia para asistir a un juicio por otros hechos delictivos. A la hora de cometer los robos, los detenidos tapaban su rostro con capuchas, aparte de utilizar mascarillas, lo que dificultaba su identificación.

Los tres detenidos tienen entre 20 y 30 años y son de Lugo. Están acusados de varios delitos de hurto de vehículos a motor, robos con fuerza y un robo con violencia e intimidación en establecimientos comerciales.

Los presuntos autores de estos hechos fueron descubiertos por la Guardia Civil entre otras cosas porque solo robaban coches de un grupo automovilístico y estos vehículos eran utilizados, posteriormente, para cometer robos con fuerza en establecimientos públicos, de donde se llevaron máquinas tragaperras, registradoras y también décimos de lotería.

Tras el arresto, la Guardia Civil logró recuperar los doce vehículos utilizados en los distintos robos, en los que se produjeron daños y se sustrajeron efectos varios por valor de unos 100.000 euros.

MODUS OPERANDI. Una vez que robaban un coche, los autores de estos hechos fracturaban su sistema de cierre y arranque. A su vez, con un destornillador o un objeto punzante similar, agujereaban el salpicadero de los vehículos para poder hacer el arranque y, a la vez, no dejar ningún tipo de rastro personal en ese dispositivo con el que se les pudiese posteriormente identificar por las correspondientes fuerzas del orden.

Los coches los utilizaban para ir a robar y transportar el botín. Después, se deshacían de estos vehículos llenándolos de rastrojos, hierbas y tierra por todo su interior, en aras de evitar también cualquier resto biológico y una posterior detención, según indica la Guardia Civil.

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