El desahucio fallido crispa aún más la convivencia en la calle Fontaneira

Los vecinos afectados denuncian que ahora viven hasta veinte personas en el piso, además de cuatro perros agresivos, e insisten en que el Concello debe sacar de allí a sus inquilinos
Enseres en el portal del edificio de Rúa Fontaneira. EP
photo_camera Enseres en el portal del edificio de Rúa Fontaneira. EP

Al menos veinte personas viviendo en el piso y cuatro perros que meten miedo. Ese es el panorama a día de hoy en el piso propiedad del Concello en la calle Fontaneira, donde el resto de vecinos viven cada día más atemorizados, según denuncian.

Años atrás, el Ayuntamiento realojó en la vivienda a una familia dentro de su programa de integración social, pero la convivencia no funcionó y el resto de vecinos llevan diez años sufriendo una situación que va a peor desde que hubo una orden de desahucio que no se cumplió, dicen los vecinos. No se resignan a que el desalojo siga paralizado y siguen exigiendo al Ayuntamiento que ponga solución a un problema que, señalan acusadores, creó al arrendar el piso.

Ante la situación insostenible y como la mediación no funcionaba, el Ayuntamiento acabó yendo al juzgado para pedir el desahucio de sus inquilinos. Logró una resolución favorable, pero los inquilinos afectados recurrieron y por eso el vaciado de la vivienda sigue paralizado, recuerda el Concello.

Pero los vecinos dicen que no están para soportar más tiempo tecnicismos legales y la crispación va en aumento porque la paralización del desahucio ha provocado que los problemas se agraven todavía más, advierten. Como ejemplo ponen el hecho de que ahora hay muchas más personas viviendo en ese piso, lo que multiplica las molestias.

Si los niños del edificio llevan mucho tiempo yendo al colegio sin poder dormir, el problema es ahora una pesadilla aún peor. Con veinte personas dentro y la música que lo mismo se pone a todo volumen la una que a las cuatro de la madrugada, no hay forma de vivir, dicen los vecinos.

Y lo peor, explican, es que ya saben que llamar a la Policía es peor. Cada visita de los agentes provoca represalias por parte de los inquilinos del Concello, que durante días se dedican a hacer aún más imposible la vida al resto de residentes en el edificio. Las visitas policiales al final no sirven, porque solo aumentan el desamparo, dicen los vecinos, que urgen a que se desaloje ya la vivienda.

Culpan de moroso al Concello y este niega las deudas
Por si no llegara con los problemas de convivencia, los vecinos del edificio problemático de la calle Fontaneira acusan al Ayuntamiento de deber 10.045 euros a la comunidad de vecinos. 

Sin embargo, el Concello dice que no le consta que tenga deudas con la comunidad y asegura que en el caso de que existan lo más probable es que sea porque el administrador de la comunidad todavía no pasó el recibo, algo que ya paso más veces, sostiene.

El Concello niega también que tenga abandonados a los vecinos. Los servicios sociales, asegura, están pendientes y llevan mucho tiempo intentando atajar la situación que viven los vecinos de ese edificio de la calle Fontaneira. Pero no hay más remedio que esperar a que se resuelva el recurso sobre el desahucio, dice.