Félix Vidal Anido, un depredador sexual siempre alerta

La Policía cree que el violador del estilete aprovechó la oportunidad que le dio el hecho de conocer a la víctima y una posible discapacidad de esta

Félix Vidal Anido. AEP
photo_camera Félix Vidal Anido. AEP

Los detalles que van llegando desde Asturias sobre la agresión sexual que ha vuelto a llevar a prisión al violador del estilete confirman el retrato de un depredador sexual siempre alerta y dispuesto a aprovechar la más mínima ocasión para atacar: en este caso, una víctima a la que ya conocía y que, afectada por una discapacidad intelectual, no desconfió de él.

Eso, al menos, es lo que se desprende de las noticias sobre el ataque perpetrado por Félix Vidal Anido el pasado 22 de diciembre, que se van conociendo poco a poco, si bien las circunstancias siguen lejos de estar claras. Lo que parece seguro es que el tristemente famoso violador de Pol conocía a su víctima e incluso la habría ayudado a realizar una mudanza. Según publicó La Nueva España, ambos se habrían conocido en el bloque de pisos de alquiler en el que residían, en una zona de Oviedo conocida como el Vasco. La víctima, sin embargo, no sabía los antecedentes de Vidal Anido.

Otro dato que apunta en la dirección de que se ganó la confianza la víctima antes de consumar agresión sexual es el que aporta Juan Carlos Abad en El Comercio: la mujer tendría reconocida una discapacidad intelectual importante, lo que explicaría también el hecho de que tardase casi un mes en denunciar los hechos.

En cualquier caso, y a falta de hacerse públicos otros detalles, hay un dato contundente que hace sospechar de que el ataque que se le atribuye al violador del estilete fue tal: poco después de la denuncia, fue detenido por la Policía, que tras interrogarlo no dudó de que había motivos para llevarlo ante un juez; y ni este ni la Fiscalía tuvieron dudas a la hora de dictar su ingreso en prisión.

Allí seguía el domingo Félix Vidal Anido, en el módulo de ingresos de la cárcel de Villabona esperando por el informe de los técnicos para ser clasificado, bajo la mirada de uno de los llamados presos de confianza para evitar situaciones de violencia o intentos de suicidio.

UNA VIDA EN PRISIÓN. Condenado por más de medio centenar de agresiones sexuales y por el intento de asesinato de una de sus últimas víctimas, una lucense a la que clavó varias veces su estilete y dio por muerta, Vidal Anido ha pasado la mayor parte de su vida internado.

La primera vez, en un centro de menores, donde ingresó con 14 años acusado ya de varias violaciones. Y, una vez alcanzada la mayoría de edad, en prisión, de donde salió en 2013 tras cumplir 32 años de los más de 70 que tenía de condena y donde regresó en 2014, tras intentar atacar a otra mujer en Lugo. En esa ocasión fue condenado a 23 meses. Desde que salió, la mayor parte del tiempo ha residido en Asturias, donde incluso encontró pareja.