La denunciante del albergue felino dice que el olor persiste

Exige que se aísle el bajo de la Rúa Portugal en el que viven 31 gatos y se queja de que sigue padeciendo erupciones

La mujer que denunció a principios del pasado mes que, en el bajo de su edificio de la Rúa Portugal, se había creado un albergue felino que provocaba problemas de olores en las zonas comunes y a ella, que es alérgica a los gatos, erupciones en la piel asegura que los problemas persisten.

Insiste en que no está «en contra de los animales», pero exige que se aísle y adecúe el bajo para esa concentración de animales. Aunque en el portal se han colocado ambientadores, insiste en que el mal olor aún está presente y considera que las dos mujeres que se hacen cargo de los gatos deben "pedir licencia municipal para dicho local», que a su juicio, debe «reunir unas condiciones de salubridad" que ahora no reúne.

La mujer también hace alusión al informe de los inspectores de la Xunta, emitido a mediados de septiembre, que estimaron que los animales estaban en buenas condiciones de higiene y que las instalaciones se encontraban limpias y cuidadas. Ni los funcionarios percibieron olores en las zonas comunes ni lo hicieron tampoco los vecinos con los que hablaron.

Ahora, la denunciante asegura que no se preguntó a todos los vecinos y que no se puede deducir que así fue sin contactar con todos. También recuerda que el acuerdo de la comunidad había sido que los animales se retirarían si había malos olores.

Cuando dio a conocer la situación del bajo, la mujer insistió en que tenía alergia a los gatos, que le producían episodios de asma y "erosiones en la piel". De hecho, junto a la denuncia, adjuntó fotografías de su torso, en las que se podía observar el sarpullido que sufría.

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