Un accidente de tráfico que tuvo lugar en la capital lucense en el que solo se registraron daños materiales destapó la presunta estafa cometida por un agente de la Guardia Civil que, cuando no presta servicio, se dedica a vender pólizas de seguros.
Uno de los conductores implicados en ese percance, que tuvo lugar el pasado día 8 en la Rúa Narciso Peinado de Lugo, se encontró con la sorpresa de que su vehículo carecía de seguro obligatorio, pese a que lo había contratado con el agente de la Benemérita. Así se lo comunicó la dotación de la Policía Local, que acudió para levantar el correspondiente atestado, que le advirtió de que iba a ser sancionado.
El conductor sin seguro, que es de nacionalidad extranjera, presentó denuncia en la comisaría de la Policía Nacional de Lugo contra el guardia civil, que en los próximos días será citado a declarar en el juzgado, en donde ya tiene pendientes litigios por otros asuntos.
La Policía Nacional investiga ahora si el agente denunciado, que está destinado a labores de vigilancia en un centro penitenciario, pudo presuntamente estafar a más conductores. En principio no se han descubierto más casos de este tipo.
En su denuncia, la víctima afirmó que a finales de noviembre del año pasado se reunió en una cafetería del casco histórico con el agente, que le dio una tarjeta de visita en la que figuraba como asesor del área de seguros de una empresa afincada en la capital lucense, para que le hiciese la póliza de su turismo y le pagó 300 euros en efectivo. Le entregó además copias de la documentación del vehículo, de su permiso de conducir y de su carné de identidad.
El afectado indicó que se puso «en numerosas ocasiones» en contacto con el agente, por teléfono y por whatsapp, para que le entregase la póliza. Este le respondía «siempre con evasivas» para no dársela. Eso sí le pedía que «no se preocupara» y le garantizaba que «el vehículo estaba asegurado» y que «no había ningún problema».
A mediados del mes pasado el conductor le volvió a reclamar la documentación de la póliza porque tenía que realizar un viaje. El agente le entregó un certificado de cobertura provisional, en el que figuraban los datos de la compañía que supuestamente aseguraba el turismo y el sello de la asociación profesional de la Guardia Civil a la que al parecer pertenece el denunciado.
«MALENTENDIDO». Cuando sufrió el accidente de tráfico, la víctima contactó telefónicamente con el guardia civil al enterarse de que no tenía seguro. Este le pidió que le pasase con uno de los policías locales que estaban realizando el atestado. El agente de la benemérita le explicó al instructor que había hecho la póliza hacía dos días y que a la mañana siguiente se pasaría por su sede en Sanfiz para intentar «arreglar el malentendido».
Antes de presentar la denuncia en comisaría, la víctima acudió a una oficina de la aseguradora con la que en teoría tenía contratada la póliza de su turismo. Mostró el certificado de cobertura provisional de que disponía. Un mediador le explicó que el número de registro que figuraba en el documento «no se corresponde con la fecha» y que el sello que aparecía «no es de la compañía», sino de una asociación profesional de la Guardia Civil.
GRABACIÓN. Además de la documentación escrita de que dispone, el denunciante también aportó en comisaría una grabación telefónica en la que el agente de la Benemérita le pide los datos del conductor del vehículo con el que chocó para asumir él todos los gastos de reparación.
En esa conversación grabada que aportó como prueba, el guardia civil le asegura además a la víctima que hablará con un compañero suyo para «paralizar» la denuncia que le han puesto al circular en su vehículo sin seguro obligatorio.
