Denunciado un local por superar la hora de cierre y esconder a siete clientes en un zulo

El responsable del local, en la Rúa Nova, abrió una trampilla en el suelo y escondió a la gente en un hueco de pequeñas dimensiones. También fue denunciado otro hostelero por tener a una camarera en situación irregular
Imagen del local. EP
photo_camera Imagen del local. EP

La Policía Local inspeccionó varios locales de hostelería en la noche del sábado al domingo y denunció a dos locales por saltarse la hora de cierre y tener clientes en su interior a las dos de la madrugada. Además, el responsable de un establecimiento escondió a siete clientes en un pequeño zulo y el dueño del otro pub ocultó a la camarera en el cuarto de la limpieza porque trabajaba en situación irregular.

La primera intervención se produjo poco antes de las dos y media de la madrugada en la Ronda Xosé Castiñeira, donde los agentes detectaron que el el responsable del pub utilizaba un equipo musical compuesto por un ordenador portátil, un amplificador y varios altavoces, a pesar de que el establecimiento no tenía licencia para poner música. Además, el local tenía que cerrar sus puertas a la una y media de la madrugada y a las 2.30 horas continuaba abierto y con 25 clientes en su interior.

Ver más: Condenado a cuatro años por atracar con una pistola un pub del que era cliente

Los policías identificaron al responsable del local y a una trabajadora, y cuando se disponían a identificar a la otra camarera, su compañera aseguró que se había marchado. Sin embargo, los agentes recorrieron el establecimiento y descubrieron a la chica escondida en el cuarto de limpieza, ya que se encontraba trabajando en situación irregular.

Esa misma noche, también sobre las dos y cuarto de la madrugada, una patrulla del Grupo Operativo Nocturno inspeccionó otro local en la Rúa Nova, ya que desde el exterior se escuchaban ruidos. Los agentes comprobaron que el establecimiento tenía la puerta cerrada, ya que tenía que finalizar su actividad a la 1.30 horas, pero a través de unos cristales pudieron ver a un grupo de personas sentados en las mesas.

Los policías llamaron a la puerta y el responsable abrió, después de 15 minutos, y aseguró que estaba solo, aunque los agentes abrieron una trampilla en el suelo y descubrieron a siete clientes escondidos en un lugar de pequeñas dimensiones, por lo que fueron identificados.