Denuncia a su jefe por agresión sexual y se archiva por falta total de pruebas

La camarera declaró que se defendió durante 20 minutos, pero no tenía ninguna lesión ►Cuando los agentes acudieron al bar, ella solo les habló de los problemas laborales

Una camarera denunció a su jefe por una agresión sexual y el juez archivó el caso por "ausencia total" de pruebas. La mujer dijo que se defendió de su agresor y que gritó con fuerza, pero no tenía ningún tipo de lesión y los vecinos no escucharon nada. Además, cuando los agentes acudieron al bar porque ella los llamó, les contó únicamente que tenía problemas laborales, pero en ningún caso les manifestó que la hubieran violado. Aun así, la denunciante recurrió el sobreseimiento ante la Audiencia Provincial de Lugo, que confirmó el auto, por lo que el hostelero quedó libre de cualquier sospecha.

Tal y como se recoge en el escrito de la Audiencia Provincial de Lugo, la mujer denunció una agresión sexual "que duró al menos unos 20 minutos" y explicó que durante todo ese tiempo se defendió de su agresor y gritó varias veces pidiendo auxilio. Sin embargo, los exámenes forenses, tanto de la mujer como del presunto agresor, "no reflejaron ningún tipo de lesión o estigma que apuntase a esa resistencia u oposición frontal que refería la denunciante". Además, ninguno de los vecinos del inmueble escuchó los supuestos gritos de auxilio de la mujer, tal y como declararon.

Hubo varias pruebas pedidas por la denunciante que no se pudieron practicar porque no compareció

SIN ANSIEDAD. El tribunal explica igualmente que, al día siguiente de la presunta agresión sexual, la mujer acudió al establecimiento, "sin que nada comunicara o reflejara un estado de ansiedad, hasta que ella comenta que había decidido irse a Madrid y es cuando interesa la presencia de la fuerza actuante". Según explicaron varios clientes del bar, la mujer dijo que quería llamar a las fuerzas de seguridad e incluso uno de ellos le prestó su teléfono móvil para que realizara la llamada, pero en ningún momento les manifestó que había sido víctima de una agresión sexual, "sino simplemente les hizo partícipes de sus condiciones de trabajo y les manifestó que había mantenido relaciones con su jefe, pero en ningún caso que hubieran sido inconsentidas".

Los agentes acudieron al establecimiento y la joven tampoco les dijo en ningún momento que la hubieran agredido sexualmente, tan solo lo manifestó con posterioridad, cuando presentó la denuncia. El juez concluyó que existían "múltiples contraindicios" que impedían continuar con la tramitación de la causa. "Es de todos conocido que para que el testimonio de la víctima sea suficiente para enervar la presunción de inocencia -o en este caso para acordar la transformación del procedimiento- es preciso que concurran unos requisitos fundamentales encaminados a la persistencia en la declaración, a la falta de incredibilidad subjetiva, y a la verosimilitud del relato, que normalmente ha de estar revestido de ciertos elementos periféricos que doten de credibilidad al mismo", expone.

Según el magistrado, en este caso "existe una ausencia total de esos elementos periféricos" y expone además que alguna prueba solicitada por la propia denunciante no se pudo practicar por su propia incomparecencia.

Por todo ello acuerda el sobreseimiento provisional de la causa "por no resultar debidamente justificada la perpetración de delito de abusos sexuales que ha dado motivo a la formación del procedimiento".