Denuncia que la estrechez de algunas plazas para discapacitados es un riesgo

Una conductora se queja del peligro que implica tener que poner la silla de ruedas en el carril
Una conductora, en la plaza para movilidad reducida que hay en la Ronda. SEBAS SENANDE
photo_camera Laura Tabernero accide a su coche. SEBAS SENANDE

Laura Tabernero, una mujer con discapacidad que utiliza una silla de ruedas, denuncia que las plazas de aparcamiento especialmente reservadas para ese colectivo no tienen ancho suficiente, motivo por el que muchas veces resultan inservibles. Cuenta que, por ejemplo, recientemente tuvo que ir a hacer unas gestiones al multiusos de la Xunta y no llegó a bajar del coche.

"Aparqué en la plaza reservada pero no pude abrir la puerta porque no paraban de pasar coches y, si lo hiciera, invadiría el carril. O me atropellan o detengo el tráfico", explica. La mujer recuerda que, para hacer un uso correcto, debe abrir por completo la puerta de su coche, depositar la silla de ruedas en el suelo y trasladarse del asiento del conductor a la silla.

MÁS ANCHURA. Explica que toda esa operación requiere de una plaza con mayor anchura para poder hacer con seguridad todo ese proceso. Finalmente, renunció a descender del vehículo en esa ocasión. "Esperé más de media hora dentro del coche, el tráfico no paraba y decidí irme", explica. Por la tarde, con algo menos de circulación accedió a mostrar hasta qué punto debe circular con la silla de ruedas por la calzada si quiere acceder a su coche.

"Creo que esto pasa en todos los aparcamientos de la ciudad. En todos los que he ido utilizando me ocurre lo mismo. Me gustaría que se tomaran medidas antes de que se produjera un accidente", dice.

Fuentes municipales aseguran que las plazas cumplen la normativa autonómica y dicen que el problema se produce en los que son en línea. Por ejemplo, en los aparcamientos disuasorios, que son en batería, no ocurre porque se puede jugar con el ancho.

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