Denuncia en Lugo que la abuela paterna secuestró a su hija de diez meses

La joven lleva esperando más de tres semanas a que el juzgado adopte medidas sobre su caso

Estefahania Ospina lleva más de tres semanas sin ver a su hija. XESÚS PONTE
photo_camera Estefahania Ospina lleva más de tres semanas sin ver a su hija. XESÚS PONTE

"Cada día es más duro que el anterior". Estefahania Ospina, que ha presentado una denuncia en el juzgado, lleva más de tres semanas sin poder ver a su hija, de tan solo diez meses de vida, debido a que presuntamente la "secuestró" la abuela paterna de la menor.

Esta joven de nacionalidad colombiana, que reside en la capital lucense, asegura que, además de la pena que le ahoga, siente "impotencia, rabia y desesperación" porque desde que formuló esa denuncia, el pasado 22 de marzo, el juzgado de instrucción número 1 de Lugo, que está desbordado por las macrocausas que acumula, todavía no ha adoptado una resolución sobre el caso.

"Ha pasado mucho tiempo y nadie me da una respuesta. La niña tiene que estar conmigo, no en otra casa con otra familia", afirma la madre de la menor, que no muestra duda alguna de que su hija esté bien cuidada.

Estefahania Ospina que advierte de que va a "luchar hasta donde tenga que luchar" para poder recuperarla, tiene atribuida la guarda y custodia de su hija desde mediados de octubre del año pasado, tras denunciar por maltrato a su expareja, también de nacionalidad colombiana.

Sobre el que fuera su compañero sentimental durante tres años pesa una orden judicial de alejamiento y tiene un régimen de visitas a su hija establecido en dos horas, dos días a la semana, en el punto de encuentro de la capital lucense.

"UN DÍA HORRIBLE". Este sinvivir de esta joven sudamericana comenzó el 22 de marzo. Ese día, que recuerda que fue "horible", tenía que llevar a su hija a una consulta médica en A Coruña. Como no tiene coche, la abuela paterna se ofreció a acompañarla en el suyo hasta la ciudad herculina. Cuando se disponían a partir de la capital lucense, discutieron y la madre de su ex le conminó a bajarse del vehículo.

Estefahania Ospina explica que salió del turismo y que entonces la "agarró" el marido de la abuela, lo que aprovechó esta para arrancar y marcharse con su nieta "sin autorización".

Recuerda que durante esa discusión, que fue subiendo de tono, la abuela le indicó que no iba a poder ver a la niña "jamás" y que no iba a poder entrar en su casa "nunca" a buscarla.

"Me dijo que yo no era nadie y que ella se iba a hacer cargo de la niña", afirma la joven, que precisa que la abuela materna le echa en cara que no esta preparada para cuidarla porque tiene 20 años.

DE PUERTA EN PUERTA. Esa misma mañana empezó el periplo de esta joven por la capital lucense de instancia en instancia, sin que obtuviese resultado alguno. Acudió primero a la comisaría de la Policía Nacional, pero, según cuenta, no le recogieron la denuncia y allí le recomendaron que fuese al juzgado de guardia para presentarla. Cosa que hizo, presa de los nervios.

Tuvo que esperar hasta el pasado miércoles, cuando ya habían pasado veinte días de la presunta sutracción de la menor, para que le tomasen declaración en el juzgado de instrucción número 1 de Lugo, con la asistencia de su letrado, debido a que no le habían asignado a uno de oficio.

"Cada día intento hacer trámites. Siempre me dicen que me van a llamar y no me llaman", afirma Estefahania Ospina, que siente "desgaste" porque "parece que nunca se va a resolver" y ya no sabe a qué puerta tiene que llamar para poder volver a abrazar a su única hija.

Esta joven explica que el día en que la abuela paterna se llevó a la menor fue hasta su domicilio y hasta el establecimiento de hostelería que regenta en la ciudad-en donde estuvo empleada-, pero no le abrió la puerta, ni tampoco respondió a sus insistentes llamadas de teléfono.

Estefahania Ospina cree que la niña no ha vuelto a salir de casa desde que está con su abuela. "Si la veo en la calle mi instinto es ir a coger a mi hija porque es mía, no es de ella", dice.