PSICÓLOGA CLÍNICA EN EL HULA

Delia Guitián: "El peor enemigo emocional del ser humano es la incertidumbre"

Tiene claro que la peor consecuencia de la pandemia será la crisis económica, que se dejará sentir durante mucho tiempo y tocará muchas vidas, especialmente las de los que parten de una situación más vulnerable. Guitián cree que, para los que tienen las necesidades básicas cubiertas, la imposibilidad de predecir qué pasará es lo que más pesa
Delia Guitián. XESÚS PONTE
photo_camera Delia Guitián. XESÚS PONTE

Guitián repasa en esta entrevista las consecuencias de la pandemia ya visibles en la salud mental de la población.

¿Se ha descuidado la salud mental en la pandemia?, ¿cree que no se le prestó atención?
Creo que no se le prestó atención ni a la salud mental ni a casi nada. Se actuó como se actúa en situaciones de emergencia: se establece un foco, eso se prioriza y todo lo demás queda pospuesto. Se hizo a nivel institucional, a nivel profesional y a nivel individual. Un reflejo de eso es, por ejemplo, cómo se redujo el número de visitas a Urgencias por problemas graves. Todos nos centramos en el objetivo fundamental que era la pandemia y lo demás lo aplazamos. Es una estrategia adaptativa y es buena, pero no nos podemos olvidar de la segunda parte, que es que si lo hemos aplazado en algún momento hay que retomarlo, ni de que hay cosas que no se pueden aplazar como es el caso de esas patologías graves como los ictus. Igual que esto ocurre con todo. Si me preocupa, no duermo, me angustia, me siento triste... me centro en la tarea, que es seguir adelante poque hay una pandemia a nivel mundial y, lo mío, ‘ya después’. Falta ese ‘ya después’.

En esa reacción de reservar los problemas para más adelante, ¿ayudó el hecho de que este fuera un problema global, con todos en la misma situación?
Esos son los principios de los funcionamientos en crisis. Siempre funciona así, siempre se ve la misma dinámica: cuando nos afecta a todos lo de cada uno queda atrás y se ponen en marcha dinámicas sociales, que son las que resuelven. Por una parte, hay movimientos de profesionales que dan un paso al frente. Entre ellos, los psicólogos siempre. Así empezaron a aparecer líneas y líneas de apoyo, que por otra parte apenas recibían llamadas. Al mismo tiempo, fueron muy cuestionadas por otra parte de la psicología porque en este tipo de situaciones lo primero que se fortalece y lo que hay que apoyar son las redes de apoyo mutuo. Dentro de esa respuesta comunitaria hay que ir seleccionando aquellos casos que requieren una ayuda específica profesional, que sale del entorno colectivo. Ejemplos de esto los tenemos de toda la vida: un duelo. Lo que necesitamos en un duelo no es un psicólogo que vaya allí. Lo que necesitamos es a los amigos, la familia cercana, que aquellas personas con las que tienes un vínculo te acompañen. Luego en algunos casos en los que, por los motivos que sea, eso no se acaba de resolver, se genera un problema y entonces sí que una ayuda profesional en un segundo momento puede ser muy beneficiosa y está claramente indicada.

¿Estamos ya en ese segundo momento?
Sí, claro y creo que incluso llegó un poco tarde. Ir identificando las situaciones difíciles es algo que no se ha hecho y no se está haciendo todavía. Hay cosas que van a salir más adelante que si las hubiéramos detectado podrían resolverse mucho mejor. ¿Qué cree que van a encontrar los psicólogos a partir de ahora consecuencia de la pandemia? La consecuencia fundamental de esto es la crisis económica, que como cualquier otra genera un daño emocional tremendo en la población. En los que más dificultades tenían, más daño genera. Ya lo vimos en el 2008 y cómo durante muchos años eso arrastró muchos problemas serios, desde el abandono del cuidado de patologías crónicas hasta el incremento de la tasa de suicidio, que fue bestial. Entre todo esto lo que queda es mucha gente sufriendo durante mucho tiempo, con una sensación de desesperanza tremenda, un sentimiento de no puedo ni voy a poder nunca salir de esto...

¿Qué nos afecta más el estado de incertidumbre o los temores concretos por la salud o por el trabajo?
Siempre la incertidumbre es el peor enemigo emocional del ser humano. Es lo que más nos cuesta gestionar y lo que más nos daña y alerta. La frase de ‘no es tan fiero el león como lo pintan’ es una metáfora de esto. Siempre lo que pensamos y anticipamos es peor que enfrentarnos a la situación. Se pasa peor con la anticipación y la incertidumbre de será o no será. El ‘y si...’ hasta el infinito genera angustia hasta el infinito también.

¿Cómo nos podemos preparar para la vida que venga, cómo cuidar la salud mental?
Para quien tiene recursos eso de alguna manera ya fue saliendo: cómo ocupar el tiempo, cómo dedicar tiempo a nosotros mismos, cómo aprender a parar, a relacionarnos de otra manera, a mantener el contacto social con las nuevas reglas del juego... La preparación es algo que se relaciona con cada uno. Es muy difícil prepararse para alguien que trabaja eventual en hostelería, por ejemplo. Hay mucha gente en ese sector que no tiene meses de paro acumulado para pasar una cuarentena. Ahí es muy difícil cuidarse, ahí lo que hay es que buscar recursos: quién me va a ayudar, cómo voy a pagar el alquiler y de qué manera voy a conseguir comida. Sin recursos no me parece planteable. Primero hay que cubrir las necesidades primarias y luego hablamos de las emocionales.

"Hay mucho miedo a la crisis. Creo que aquí no está en absoluto resuelta la anterior, la de 2008"
Hablamos durante la pandemia, cuando se puso en marcha la línea de ayuda. Decía que encontraba a los pacientes muy concienciados, dejando sus problemas para más adelante. ¿Cómo están ahora?
Hay ese sentir de empezar a funcionar otra vez. Y mucho miedo a la crisis. Yo creo que aquí no está en absoluto resuelta la crisis anterior, sigue habiendo mucha gente que todavía no ha conseguido un estatus que te permita un mínimo de tranquilidad. Entonces esto es un volver a lo mismo, retraumatizarles, hay mucha gente con miedo a las consecuencias de todo esto más allá de la enfermedad. La enfermedad sí que la empecé a ver más asumida como otras. Más preocupante es la culpa asociada al contagio, los sentimientos de culpa se empezaron a disparar.
La consecuencia que le parece más preocupante es la económica. Si la anterior crisis se tradujo en más enfermedades crónicas y más suicidios, ¿qué espera para esta?
Me da miedo pensarlo. Si se gestiona igual, espero más de lo mismo. Si se gestionara distinto, si a la gente que se queda sin recursos básicos se le provee de ellos, estarán mucho mejor. Son los dos modelos tradicionales de gestión de crisis económicas: el de la austeridad y el de prevención a través de la cobertura social. Los indicadores de salud de la población son mucho mejores con el segundo

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