El declive no cesa en el centro comercial Abella

La CIG informó de que la propietaria de este centro comercial, Aliseda, acaba de prescindir de los servicios de los vigilantes de seguridad
Vista exterior del Centro Comercial Abella. XESÚS PONTE
photo_camera Vista exterior del Centro Comercial Abella. XESÚS PONTE

Aliseda Inmobiliaria, que es la sociedad participada por el fondo de inversión Blackstone y el Banco Santander que gestiona la venta del centro comercial Abella, prescindió de los servicios de Prosegur para vigilar las 24 horas del día esta gran superficie de 32.660 metros cuadrados, que lleva casi dos años sin actividad, excepto el restaurante de comida rápida Burger King, que se encuentra en su exterior.

El representante del sector de seguridad privada de la CIG en Lugo, Xosé Paz, explicaba que el pasado viernes la compañía de seguridad le comunicaba, con tan solo tres horas de antelación, a uno de sus vigilantes que a la una del mediodía cesaba sus servicios y que tenía que devolver las llaves. Los otros vigilantes de seguridad que prestaban sus servicios en este centro comercial recibían este lunes un burofax en el que les comunicaban que se encuentran en situación de permiso retribuido hasta nueva orden.

En Abella trabajaban seis vigilantes de seguridad. Otros dos cubrían temporalmente bajas, días de permiso, vacaciones... La situación en que quedan estos trabajadores es "complicada", afirmaba este lunes Xosé Paz, pues, según explicaba este sindicalista, solo tienen dos alternativas "ou despido ou traslado", ya que Prosegur cuenta con contados servicios en la provincia de Lugo, entre ellos el de Alcoa en A Mariña, complejo industrial que tampoco atraviesa por un momento de estabilidad.

El centro comercial lleva sin actividad en el interior desde junio de 2019 y solo funciona en el exterior una hamburguesería

Desde que cerraron los últimos negocios que funcionaban en el interior de Abella, el gimnasio y las ocho salas de cine, en junio de 2019, este centro comercial sufrió algún intento frustrado de robo. Xosé Paz augura que con la nueva merma de servicios este centro comercial seguirá "devaluándose".

CUIDA LA IMAGEN. Pese a esa prolongada inactividad, las instalaciones siguen estando hoy en día pulcras y la fachada está iluminada durante las noches.

Este centro comercial fantasma tuvo una corta vida. Abrió sus puertas en noviembre de 2015 —un mes antes lo hacía su hipermercado—, tras años de demora como consecuencia de la recesión. Lo hizo con unas previsiones irreales de recibir unos tres millones y medio de visitantes al año. Abella llegó a tener el 90% de su superficie ocupada a mediados del año siguiente, con más de una treintena de negocios, pero los problemas con las licencias de apertura precipitaron su cierre. Aliseda Inmobiliaria busca comprador. Las expectativas para este centro comercial, que supuso una inversión de 89 millones de euros, no son halagüeñas. La crisis económica provocada por la pandemia tampoco ayuda.

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