"Debería ser más fácil, estoy sin ayuda por burocracia del padrón"

Carmelita se queda sin IMV porque la Seguridad Social considera suyos los ingresos de un hijo que vive con ella
Carmelita. MARÍA G. MORADO
photo_camera Carmelita. MARÍA G. MORADO

Carmelita era maestra infantil en Brasil, pero desde que llegó a España hace 16 años no ha podido homologar su título. Le piden un dinero y unos cursos que no se ha podido pagar pese a que desde entonces "he estado siempre trabajando, salvo unos pocos periodos de tiempo". Desde hace diez años tiene incluso la nacionalidad española, pero eso no le ha permitido cumplir su sueño de seguir estudiando porque sus trabajos de asistenta del hogar no le han permitido salir de la semimarginalidad.

"Yo nunca me quedé desempleada", cuenta, "cobraba poco, pero siempre estuve trabajando. Lo que pasaba es que es un trabajo muy mal pagado y no cotizaban por mí". Por eso, en los periodos en los que le iba peor, acudía a los servicios sociales del centro Maruja Mallo, donde siempre le han echado una mano. En febrero, después de nueve años de empleada en la misma casa, la pusieron en la calle sin más, con 400 euros de finiquito. Con una nieta menor a su cargo, tuvo que recurrir al Risga.

"Veo muy humillante recibir una ayuda si puedes trabajar, solo porque no cobras lo suficiente por tu trabajo. Yo quiero trabajar para vivir, pero, honestamente, la vida del extranjero aquí es muy triste, hay que tener varios trabajos para sobrevivir".

También trabajaba su hijo mayor, de 38 años, pero la pandemia y el confinamiento lo condenaron, como a millones de españoles, a un Erte. En esas condiciones, no podía pagarse un alquiler y volvió a vivir a casa con ella, donde se empadronó.

El problema ha llegado cuando la Seguridad Social ha actuado de oficio para concederle el ingreso mínimo vital a cambio de quitarle el resto de ayudas. Al comprobar los datos de ingresos de los empadronados en ese domicilio en 2019 ha sumado también los de su hijo, que es totalmente independiente desde hace años y sigue en Erte, con lo que no le corresponde el IMV. Carmencita está, pues, presa "de un problema burocrático que no sé cuándo se va a solucionar. Las cosas deberían ser más fáciles, estoy sin ayuda por la burocracia del padrón. Si vas a buscar una ayuda es porque la necesitas en ese momento", cree Carmelita.

Mientras espera a ver cómo y cuándo se arregla este desaguisado, ha conseguido un trabajo de limpieza, una hora al día de domingo al martes por el que le pagan la Seguridad Social y 100 euros al mes, "por lo menos para pagar alguna factura". Los viernes trabaja otro par de horas limpiando en otra casa, pero sigue necesitando la asistencia que le prestan desde el Maruja Mallo.

"Tengo conmigo a una niña de 15 años, ella también debería tener esa ayuda, es un derecho suyo. Y ahora viene lo del cole y los libros. No deberían dar las ayudas por el padrón, sino por la situación de necesidad".

Mejoría. "Si tienes un ingreso puedes exigir condiciones"
Carmelita cree que cuando reciba el IMV realmente mejorará su vida. No solo económicamente, sino que también le aportará dignidad. Entre otras cosas porque "si tienes un ingreso, asegura, puedes exigir mejores condiciones de trabajo. El trabajo está ahí, yo no he dejado de trabajar en 16 años, solo que no quieren pagarlo".

Pese a su situación, asegura que ella ve en los servicios sociales a personas que están mucho peor, "que no tienen nada. Necesitan ayuda".

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