La jueza Pilar de Lara, instructora del caso Garañón, ha decidido rechazar uno de los recursos de reforma interpuestos por la defensa de José Ramón Goméz Besteiro, y a la vez aceptar el recurso de apelación subsidiario para que sea la Audiencia Provincial la que tenga la última palabra al respecto. Esto, que en principio podría ser visto por el líder del PSdeG como un avance en la cuenta atrás contra su imputación, se convertirá posiblemente en otro retraso más: el recurso que estudiará la Audiencia es sobre una cuestión de forma, no sobre el fondo de la acusación.
Los antecedentes del auto dado a conocer ayer por la jueza hay que buscarlos en un escrito presentado a finales de julio pasado, en el que el equipo que defiende a Besteiro, encabezado por el letrado Cándido Conde-Pumpido Varela, en el que alegaba un gran número de causas para que se declarase nula la instrucción y las acusaciones fueran archivadas. Además, recurría varias providencias y autos dictados por la jueza a lo largo de la instrucción.
Sin embargo, De Lara respondió diez días después con una providencia en la que opinaba que el recurso estaba planteado de manera incorrecta y que si querían que fuese admitido debían desglosarlo al menos en 11 partes, tantas como actuaciones judiciales cuestionadas.
A esta providencia respondieron los letrados defensores con un nuevo recurso, en el que defendían la total corrección del enviado anteriormente. Solicitaban subsidiariamente que si la jueza no admitía sus argumentos, enviase el debate a la Audiencia Provincial en apelación. Y eso es precisamente lo que anuncia que hará en el auto conocido ayer.
Sin embargo, mientras se prolonga el debate sobre las cuestiones de forma que deben revestir los escritos o si deben ser providencias o autos, sigue pendiente de ser admitido o rechazado el primer recurso, el que analizaba a fondo la imputación de Besteiro en el caso Garañón y llamaba la atención sobre las supuestas irregularidades cometidas durante su instrucción. El envío a la Audiencia decidido ahora no hará sino retrasar aún más la toma en consideración del recurso fundamental, el que tanto Besteiro como sus abogados suponían que estaba destinado a terminar de raíz con las sospechas que pesan sobre el pago de su casa y la obras de reforma realizadas.
