LOS PREMIADOS

David Calvo: portavoz del ICV que estudió durante meses la erupción de La Palma

Este vulcanólogo pisó multitud de cráteres por el mundo
David Calvo. EP
photo_camera David Calvo. EP

Le contaron sus padres que con tan solo cuatro años dibujaba continuamente montañas de las que salían humo. David Calvo Fernández (Lugo, 1976) ya tenía clara su vocación y, tras su paso por los Franciscanos y las Josefinas, eligió Salamanca para estudiar Geología, uno de los caminos que le podían acercar a la vulcanología.

Este lucense llegó a la carrera con varios volcanes en la retina, pero sin haber presenciado nunca una erupción. Sin embargo, en el verano de 2021 se produjo la del Etna y David Calvo no dudó en viajar hasta Italia y presentarse ante las autoridades italianas como un estudiante español que necesitaba recabar algunas muestras.

De este modo, logró acceder a las zonas restringidas y pasó cuatro días y sus noches contemplando su primera erupción y confirmando su pasión por los volcanes. En 2003, finalizados sus estudios, organizó un congreso de vulcanólogos en Salamanca y conoció a Nemesio Pérez —que por aquel entonces era director del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables—, quien le ofreció unas prácticas sin sueldo en el Instituto Volcanológico de Canarias. David aceptó y, tras rodarse seis meses, comenzó una crisis sísmica en el Teide, por lo que fue contratado como miembro del equipo.

Desde entonces, pisó volcanes en El Salvador, Nicaragua, Cabo Verde, Filipinas, Australia, El Congo o Japón, entre otros, y en junio de 2018 documentó durante una semana la erupción del volcán Kilauea, en Hawai, la mayor registrada en un siglo. Convertido ya en portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), a David Calvo le tocó vivir una de sus últimas experiencias en casa, en septiembre de 2021, cuando la tierra se abrió en La Palma.

A nivel laboral, estar en primera línea en una erupción le apasiona, pero a nivel personal reconoce que es duro. "Como vulcanólogo, es fascinante, pero vi muy de cerca el drama personal de la gente y es algo que resulta terrorífico", reconoce. Tras pasar tres meses pendiente del Cumbre Vieja, David Calvo regresó a Lugo para tomarse un respiro antes de volver a retomar su profesión en cualquier lugar del mundo donde haya lava.

Vocación para un trabajo arriesgado
David Calvo tuvo claro desde pequeño que quería ser vulcanólogo, una profesión que entraña multitud de riesgos. "Pueden pasar muchas cosas, pero trabajamos en un entorno controlado. El medio es necesario porque la lava tiene un atractivo fascinante, afirma.

 

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