El cura de San Froilán realiza confesión a domicilio y lo que haga falta

José Manuel Penela se ofrece las 24 horas para atender las necesidades de cualquiera que lo necesite, ya sea una tarea religiosa, hacer la compra o hablar
José Manuel Penela, al teléfono en la iglesia de San Froilán de Lugo. XESÚS PONTE
photo_camera José Manuel Penela, al teléfono en la iglesia de San Froilán de Lugo. XESÚS PONTE

Con guantes y mascarilla y cuidando de no tocar nada, no vaya a ser que pudiera contagiar a una persona mayor y frágil. Así acudió José Manuel Penela, el párroco de San Froilán de Lugo, a realizar la primera confesión domiciliaria que le pidió un fiel.

La confesión en casa es uno de los servicios que ofrece Penela, que se ha convertido en uno de los curas más activos ante la crisis del coronavirus. Su teléfono está disponible las veinticuatro horas para lo que precise cualquier feligrés, ya sea aliviar pecados, compañía o ir a comprar alimentos.

El cura pasa todas las tardes llamando por teléfono a personas que sabe que están solas, la inmensa mayoría mayores. Hace entre veinte y treinta llamadas y el número va creciendo cada día, según consigue teléfonos de miembros de la parroquia que le consta que necesitan que alguien esté pendiente de ellos.

Penelas está disponible en el 982242842 y tiene también abierta la iglesia todo el día. Las puertas se abren de par en par, para que la gente pueda entrar sin necesidad de tocar nada, pero los bancos se han bloqueado. La idea es que nadie pueda sentarse en el templo, no sea que el virus se haya colado y se produzcan contagios.

Cuenta que hay curas de Madrid que temen que haya gente que se haya contagiado en la iglesia, así que está dispuesto a evitarlo. Ahora, la mayor parte de los contactos con los fieles son, por tanto, telefónicos, aunque la iglesia está abierta y cuenta que mucha gente, de camino a algún recado, para en el templo, buscando unos minutos de espiritualidad.

Este cura está entre los que todos los días, a las ocho de la tarde, hace sonar las campanas de la iglesia, sumándose de esa forma al aplauso colectivo a los sanitarios que luchan contra el virus.

Ese sonar las campanas se ha convertido en un rito diario de este cura, volcado por lo demás en la acción social. Esta semana, una de las tardes, se dedicó por ejemplo a hacer un reparto extraordinario para todos los usuarios de Cáritas. La idea, cuenta, era abastecerlos a todos para un mes o mes y medio, pensando que el confinamiento se puede prolongar y las necesidades de los que acuden a Cáritas son muchos.

Y luego están las llamadas diarias, que sirven para escuchar los temores de los mayores. Es gente mayor, sola y que está asustada, cuenta. A pesar de que son personas que han pasado por muchas dificultades en la vida, todos coinciden en que nunca han visto nada igual y están inquietos, explica el sacerdote.

El cura hace sonar las campanas todos los días a las ocho para apoyar los aplausos del personal sanitario

Aliviar los miedos es parte del trabajo. Y los temores son de todo tipo, apunta. Así, algunas de las llamadas son, por ejemplo, para tranquilizar a gente que teme que le corten la luz porque no pueda pagarla. José Manuel Penelas les tranquiliza explicándoles que no se va a permitir que se deje a nadie sin suministro.

LABOR SOCIAL. La labor de Penelas está en línea con lo que están haciendo otras parroquias y con lo que pide el obispo, Alfonso Carrasco, a los curas, cuenta desde el Obispado Marcos Torres. Así, por ejemplo, en A Nova los sacerdotes también pusieron un cartel ofreciendo su teléfono las veinticuatro horas a quien lo necesite.

No hay misas diarias en los templos, pero la labor de los curas sigue, decía Torres. El obispo, en tanto, mandó una carta a todos los curas, llamándoles a confortar a los fieles y a evitar la soledad y el abandono.

Misas y rosarios por internet
No hay misas presenciales, pero las iglesias se abren a diario para quien quiera acudir y se sigue ofreciendo la confesión a quien lo pida. Se guardan, eso sí, unas distancia para evitar contagios.

Protección de datos. Las confesiones son en templos o en las casas. Deben ser presenciales no ya solo porque haya secreto de confesión, sino también porque hay una ley de protección de datos. Por teléfono no se podría asegurar ninguna de esas dos normas, explica Marcos Torres, portavoz del Obispado.

Misas por Youtube. Para paliar el hecho de que no haya misas presenciales, varios curas de la diócesis llevan desde el fin de semana ofreciendo ese servicio por internet. Empezó Torres en Lalín y le siguieron los de Fonsagrada, el Seminario y Monforte. Se ha sumado el obispo, que hará una misa todos los días a las 12.30 que se puede ver en el canal en Youtube de la diócesis. Se puede ver en directo o a lo largo del día y ayer lo siguieron 170 personas.

Rosario en streaming. El Seminario también organiza el rezo diario del rosario por streaming.

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