Una grieta en el cubo número 80 de la muralla –abajo de San Fernando– de más de dos metros de largo y varios centímetros de ancho hizo saltar las alarmas esta semana entre los ciudadanos, pero la Consellería de Cultura asegura que el resquebrajamiento está "estudiadísimo" y que no supone ninguna amenaza.
El arquitecto responsable de supervisar el monumento explicó a través del gabinete de comunicación de la consellería que la grieta es conocida y está controlada. No explicó si la abertura se ha agrandado recientemente, pero indicó que se hace un seguimiento continuo de su evolución y que no reviste gravedad. Recordó que este cubo fue reconstruido completamente cuando se retiraron las casas adosadas al monumento.
La grieta se ve tanto en la parte exterior del cubo como por dentro del muro que da al adarve. De la información trasladada por la consellería se desprende que de momento no hay prevista ninguna actuación en ese cubo.
La grieta está en un cubo que fue reconstruido completamente cuando se retiraron las casas adosadas al monumento
Cultura recalcó este viernes que el seguimiento de la muralla es constante, sobre todo en "puntos que poden resultar máis sensibles". No precisó cuáles son, pero en este momento se está realizando una intervención sobre la puerta de San Pedro y, cuando la evolución de la colonia de vencejos lo permita, se actuará en el cubo VI, a la altura de la Rúa Ourense. Esta última obra permitirá solucionar problemas que están afectando a la estructura del monumento. Costarán 152.000 euros.
La consellería quiso aclarar que los trabajos que se llevan a a cabo en San Pedro no responden a que en ese punto hubiera una especial situación de riesgo, sino a una "planificación continua a ordenada de protección do monumento a través do plan de mantemento", aunque la realidad es que es el único punto donde la Dirección Xeral de Conservación da Natureza permitió que se hicieran obras. En el resto del monumento tendrán que esperar a que acabe la temporada de cría de los vencejos y estos abandonen la muralla.
La dirección xeral y la Consellería de Cultura trabajan conjuntamente para tratar de establecer normas que, a la vez que permitan actuar en el patrimonio cuando es necesario, no supongan amenaza para la fauna y la flora.
