Cuenta atrás para el pulpo

El ferial de San Froilán abre el viernes, pero las casetas probablemente empezarán a funcionar el sábado. Los clásicos y Bruxa apuran la preparación de las instalaciones entre gran expectación
Caseta de Manolo de Marce. Al fondo, una de las instalaciones de Bruxa
photo_camera Caseta de Manolo de Marce. Al fondo, una de las instalaciones de Bruxa

Cuando se trata de hacer obras o de abrir negocios, los imprevistos son inevitables y el tiempo siempre se echa encima, haya o no experiencia, por eso todos los hosteleros que ofrecerán pulpo en el ferial de San Froilán trabajan contrarreloj para poder abrir las casetas el fin de semana. Podrían hacerlo ya en la noche del viernes, día que abre el ferial, pero lo más probable es que no funcionen hasta sábado a mediodía.

"Imos pillados de tempo, así que abriremos o sábado", explica Ana Núñez, de Torre de Núñez. Manolo de Marce todavía no ha tomado la decisión, pero pesa la opción del sábado, al igual que en el caso de Javier Irimia, que regentará las dos casetas que se estrenan en el ferial.

La expectación es máxima este año debido a la polémica adjudicación de las casetas, que supuso la entrada en el negocio de una empresa nueva y que dos clásicos del San Froilán (La Palloza y Aurora do Carballiño) se quedaran fuera.

Irimia explotará las casetas uno y tres, y sus correspondientes calderos, junto a la hostelera de Nancy Barcia. El primero se estrena en el sector, pero Barcia ya trabajó cinco años en las casetas. Contarán con pulperos profesionales y, aunque las casetas todavía se ven vacías, aseguran que tienen la logística y el personal cerrado para empezar a funcionar el fin de semana.

Las casetas son muy diferentes a las tradicionales, ya que son de aluminio blanco, pero Irimia asegura que "cumpren toda a normativa" y estudia la forma de decorarlas para hacerlas más acogedoras. Tiene aproximadamente el mismo número de ventanas que las clásicas y el sistema de climatización también será parecido.

La ración de pulpo pasará de 200 a 250 gramos y su precio, de 7,25 a 8 euros, mientras que la ración de pan sube a 1,50 euros

Irimia supervisa los trabajos a la vez que satisface, en la medida de lo posible, la curiosidad de las personas que se acercan por allí, que son muchas. Ayer por la tarde, un hombre se interesaba por el sistema de montaje de las casetas y por la duración del contrato. "Isto é para catro anos, non?", pregunta. "O contrato si, pero esta é a caseta deste ano. A do ano que vén, xa se verá como é", contesta el empresario.

FECHAS Y PRECIOS. Las casetas del pulpo podrán funcionar hasta el 1 de noviembre, con alguna novedad. La ración de pulpo sube de 200 a 250 gramos y de 7,25 a 8 euros.

Los 200 gramos de pan costarán 1,50 euros (el año pasado era 1,05 euros), al igual que la ración de 200 gramos de cachelos, mientras que la botella de tres cuartos de litro de vino de mesa valdrá 4,15 euros.

Lugonovo advirtió ayer de que las fiestas de San Froilán pueden agravar el caos que ya existe en la ciudad a la hora de aparcar, ya que considera que el gobierno local no ha planificado adecuadamente la movilidad para el periodo de fiestas.

La única medida que se estableció, explica la concejala Cristina Pérez Herráiz, es la publicitación de los llamados aparcamientos disuasorios, "que dan servizo permanentemente, aínda que en barrios afastados do feiral". Asimismo, la edil cuestiona que el refuerzo de las líneas de buses urbanos vaya a ser suficiente para la demanda que se espera.

"Levamos catorce meses agardando que o goberno colla o proceso do estacionamento na cidade con determinación e resolva a cuestión con rapidez. Porén, a comisión creada ó efecto só se reuniu unha única vez e todo parece indicar que o executivo non ten interese por retomalo, escudándose sempre, iso si, no que xa se converteu no seu disco raiado: a excesiva carga de traballo dos técnicos, as eivas en materia de persoal para asumilo e a lentitude dos procesos burocráticos", afirma Pérez Herráiz.

Lugonovo cree que el equipo de gobierno no reflexiona sobre la organización de las fiestas de un año para otro. "Botamos de menos unha avaliación realista que afronte que aspectos deben de ser revisados", opina la edil.

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