Cuatro años de cárcel para la banda que robó en un piso de Lugo y secuestró a la hija de la dueña

La niña narró en el juicio como la ataron de manos y pies, le taparon la cara con una sábana y amenazaron con clavarle un cuchillo si no les daba el dinero que su madre había cobrado por traspasar un bar. Su hermana de tres años la liberó
Los dos acusados, el día del juicio en la Audiencia Provincial de Lugo
photo_camera Los dos acusados, el día del juicio en la Audiencia Provincial de Lugo

Dos miembros de una banda que cometió un robo en un piso de la capital lucense y secuestró a una de las hijas de la dueña, de diez años de edad, fueron condenados a cuatro años de cárcel cada uno. La Audiencia Provincial de Lugo concluye que son autores de un delito de detención ilegal en concurso medial con un delito de robo con violencia y les impone también sendas multas de 240 euros por una falta de lesiones, ya que la niña sufrió varias contusiones durante el asalto.

Los condenados -María Lucelly Otalvaro y Antonio Manuel dos Santos- formaban parte de un grupo de cinco miembros, pero los otros tres no llegaron a ser juzgados, ya que dos de ellos fueron expulsados del país por estar en situación irregular y el otro, que es el exmarido de la acusada, se encuentra actualmente en paradero desconocido.

El Tribunal considera «determinante» el testimonio de la menor, quien narró en el juicio la violencia con la actuó la banda. Según explicó, dos de los asaltantes, que actuaron con la cabeza descubierta, la llevaron hasta la habitación de su madre, donde estaba su hermana, de tres años. «Allí me sentaron en la cama, me quitaron las gafas y me hicieron daño. Después me ataron las manos y los pies con un cinturón y me taparon la cabeza con una sábana». Según dijo, a su hermana pequeña también le taparon la cara, pero no la inmovilizaron. De hecho, fue ella quien la liberó en cuanto los ladrones abandonaron la vivienda. «Estuvieron unos quince minutos o media hora. Después timbró la chica de Vodafone y se fueron porque pensarían que era mi madre», dijo.

La víctima apuntó que había un tercer asaltante que «se escondió» en la cocina. «De repente, uno de los otros le dijo: Cabezón, trae el cuchillo, que no quiere hablar. Yo no llegué a verle». Según reconoció, en ningún momento escuchó la voz de una mujer ni la de Antonio Manuel dos Santos, al que conocía porque ayudaba a su madre en el bar que regentaba.

El fiscal, sin embargo, mantuvo en todo momento que estos dos acusados participaron en los hechos. Según alegó, los cinco imputados se pusieron de acuerdo y planearon el golpe, ya que se habían enterado de que una vecina de Lugo iba a realizar el traspaso de un bar, por el que iba a cobrar una importante cantidad de dinero. La persona que les pasó la información les dijo además que la mujer guardaba joyas de valor en su vivienda, sita en la Avenida da Coruña.

El 12 de julio de 2010 -tras distribuir los papeles que iba a desempeñar cada uno- parte de la banda se trasladó desde Madrid hasta Lugo en el coche de la acusada. Una vez en la capital, realizaron labores de vigilancia durante un par de días para controlar los movimientos de su víctima. Finalmente, sobre la una del mediodía del día 15, la banda acudió a la vivienda y llamó al timbre varias veces, pero nadie abrió, así que golpearon fuertemente la puerta hasta derribarla. Una vez dentro, los acusados se encontraron con las dos hijas de la dueña. El fiscal explicó que Juan Carlos Franco, que está expulsado del país, fue la persona que amenazó y cubrió con sábanas a las menores.

Los acusados se apoderaron supuestamente de 25 anillos, 16 pulseras, un reloj, varias cadenas, colgantes, una medalla, 25 pares de pendientes, un colgante de Hello Kitty y hasta un diente de una de las niñas. Además, se llevaron 3.000 euros en metálico.

Tras cometer el robo, la banda abandonó Lugo a bordo de dos turismos, pero ninguno de ellos llegó a su destino, ya que ambos fueron interceptados por la Policía Nacional. Uno de ellos fue localizado en un peaje de la autopista A-6 a su paso por Madrid, mientras que al otro le dieron el alto en el área de servicio de Villacastín. Los agentes detuvieron a los cinco acusados y recuperaron las joyas y parte del dinero.

La Audiencia concluye que «no existe duda alguna» de que María Lucelly Otalvaro y Antonio Manuel dos Santos pertenecían a la banda que planeó el robo y considera «irrelevante» la función llevada a cabo por cada uno durante el asalto, «ya que todos ellos colaboran y son autores», concluye.

Comentarios