Cuando un extraño se cuela en casa

Varios barrios de la capital lucense son testigos de los conflictos entre los okupas y los propietarios de las viviendas
Elisa García, en el pazo de A Fervedoira. SEBAS SENANDE
photo_camera Elisa García, en el pazo de A Fervedoira. SEBAS SENANDE

SEPTIEMBRE SIEMPRE se acerca con la preocupación entre quienes pudieron irse de vacaciones por cómo se encontrarán su domicilio en el regreso. Los reiterados anuncios de alarmas que durante el verano son recurrentes en radio y televisión y el afloramiento de casos de ocupación de gran repercusión mediática ayudan a que esta inquietud se deje sentir entre los propietarios.

En Lugo, es en la capital donde hay mayor presencia de okupas. Barrios como O Carme, Sagrado Corazón, la zona de Praza do Campo y A Fervedoira fueron noticia en las últimas semanas por este tema, al igual que pasó anteriormente con As Gándaras y A Residencia, entre otras zonas.

Elisa García y otras doce personas de su familia okuparon a finales de agosto la casona de O Pazo, en A Fervedoira. La propia Elisa relataba en esas fechas a este periódico que lo habían hecho como última alternativa y que la opción era entrar en la vivienda (vacía desde hace años y en venta) o que sus nietos durmiesen en la calle. "Mi marido se quedó sin trabajo y sobrevivimos con muchas dificultades con lo que nos dan por ahí", reconocía.

Añadía que antes habían okupado otra casa en Mazoi, pero el inmueble de A Fervedoira es más amplio y se adapta mejor a sus necesidades. La familia tiene en marcha algunas reparaciones en la casa y no tiene intención de abandonarla. "Estamos cerca de la parada del bus del colegio y del hospital donde está ingresada mi madre y aquí no molestamos a nadie ", sentenciaba Elisa García.

"O me metía en O Pazo o mis nietos dormían en la calle", dice Elisa García

PROPIETARIOS. La otra parte del conflicto la escriben los propietarios de los domicilios okupados. Una noche de febrero del pasado año, unos vecinos alertaron a Otilia Trigo de que alguien se encontraba en el interior de la casa de su madre en As Gándaras. Habitualmente vacía, ya que la mujer vivía en una residencia de mayores, la vivienda había sido okupada.

"Foi todo moi rápido, pola mañá non había ninguén e á noite xa me chamaron de que estaban dentro", recuerda Otilia. La presión de los vecinos y de las fuerzas del orden, que en esos momentos estaban en alerta debido a otros casos que se estaban dando en la zona, fue clave para no dilatar la usurpación, que se quedó en un susto de una noche.

No obstante, tras el desalojo de los okupas, la Policía encontró el domicilio revuelto, con paquetes y bolsas en los que estaban guardados algunos de los bienes que había en el interior. Presuntamente tenían los objetos preparados para eliminarlos de la casa para posteriormente asentarse en ella.

"Quedou mal, houbo que cambiar as portas da entrada, as fiestras... tiñan todo empaquetado para levalo e por sorte pillámolos a tempo", recuerda Otilia.

Otilia Trigo espera un proceso judicial desde que hace año y medio entraron en su casa

Afortunadamente, la casa de la madre de Otilia vuelve a tener vida en su interior. "Agora amañamos os desperfectos que había e temos inquilinos no baixo", comenta satisfecha.

Un año y medio después, sigue esperando que se desarrolle el proceso judicial. Se muestra desganada e indiferente con respecto al mismo. "O outro día aínda lle dixen ao avogado que oxalá non tivera que ir a nada, non ter que enfrontarme a eles e olvidarme do caso. Pero quero que polo menos quede constancia do que fixeron e os sancionen".

CASO MEDIÁTICO. También en As Gándaras tuvo lugar en aquellas fechas otra ocupación que alcanzó una amplia repercusión en los medios de comunicación.

La vivienda de la fallecida tía de Margarita Reguera fue tomada por una pareja que permaneció en su interior un par de meses. No obstante, no era la primera ocasión en la que ese domicilio era allanado en ese mismo año. En enero, una familia había entrado en la casa, pero tardaron dos días en abandonarla. Esto fue después de que pidiesen una pequeña suma de dinero a Margarita para hacer una compra en el supermercado.

"La empresa vino gratuitamente, porque vieron que mi hermano estaba encamado y les dio pena. No me cobraron nada, solo el cerrajero"

Sin embargo, en la segunda ocasión, la usurpación tuvo una mayor dilatación. El caso de Margarita fue atractivo para diversos medios de televisión estatales, que sirvieron de altavoz para las quejas de esta lucense, asfixiada por los problemas, ya que tanto entonces como ahora "estoy en el paro", relata. A mayores, en aquellos momentos también cuidaba a su hermano con diversidad funcional, recientemente fallecido.

Esos hechos llamaron la atención de la polémica empresa barcelonesa Desokupa. Aprovechando el tirón mediático del caso, se ofrecieron a ayudar a Margarita de forma altruista. En unas horas, lograron que la pareja abandonara la vivienda "voluntariamente".

"La empresa vino gratuitamente, porque vieron que mi hermano estaba encamado y les dio pena. No me cobraron nada, solo el cerrajero", recuerda. "No sé qué trataron con ellos, pero lo cierto es que fue rápido. Yo solo tuve que retirar la denuncia", añade.

El acontecimiento la dejó "bastante fastidiada". Sobre las condiciones en las que quedó la vivienda tras las dos usurpaciones, comenta que "la primera vez se llevaron algún electroméstico pero la dejaron en buenas condiciones. En la segunda, sacaron los muebles al patio exterior y quedaron destrozados, llevándose también los electrodomésticos que aún permanecían en el interior".

La empresa catalana Desokupa llevó el caso de Margarita Reguera

En este caso, la vivienda no ha recobrado la vida que se le supone a lo que en su día fue un hogar. Como antes de la ocupación, sigue vacía y "ahora mismo está tapiada, porque como somos varios herederos hemos decidido que esa era la mejor solución", se lamenta esta mujer.

EN ALBEIROS. La casa de la abuela de Rubén López-Cancelos también fue tapiada. Recientemente se han cumplido tres años desde que este domicilio fuese okupado.

Rubén comenta que "la casa era de mi abuela, una segunda vivienda que ya no estaba habitada " y en la que se introdujeron extraños sobre los que una vecina les dio la voz de alarma.

Él, aunque reside en Vigo, recuerda que los hechos "fueron en verano y como mi madre estaba cuidando a mi abuela me tocó a mí ponerme al frente de todo el follón".

Rubén López considera que tapiar es la única solución, pero esto afea barrios y calles

La ocupación duró aproximadamente unos dos meses. López- Cancelos cree que "desokuparon la casa por la presión que se estaba ejerciendo sobre ellos, ya que el caso salió en la prensa y me imagino que se sentirían incómodos". Además, añade que una vez que los intrusos abandonaron el domicilio, lo hicieron "dejando allí algunas de sus pertenencias varias ".

"Nosotros tuvimos la suerte de que teníamos la luz y el agua cortada. Al tenerla dada de baja no tuvimos que correr con los gastos, porque conozco casos en los que el propietario se tiene que hacer cargo de los costes".

En lo que respecta a la relación con el domicilio, era sobre todo de tipo emocional. "Mi bisabuela hizo la casa con su segundo marido y recuerdas cosas de cuando iba allí de pequeño. Es una pena", se lamenta.

De todo el procedimiento, apunta que para él es "una verdadera desgracia que no le deseo a nadie". Por otra parte, denuncia que "hay una enorme descoordinación entre Policía y juzgados. El proceso va lento y la Justicia es una moneda al aire".

Sobre haber recurrido a tapiar la casa destaca que "optamos por lo que le toca hacer a todo el mundo, no encuentro otra solución". Sin embargo, es bastante crítico con esta opción ya que bajo su punto de vista así "se afean considerablemente las viviendas, las calles y los barrios".
 

Estas son las claves
En datos
▶ En un estudio elaborado por el Institut Cerdá en el año 2017 se estima que alrededor de 87.000 familias okupan ilegalmente viviendas en España.
▶ A nivel porcentual, la ocupación representa un 0,34% del parque de vivienda total, según ese mismo estudio.
▶ En el año 2019, el Ministerio del Interior registró 14.621 denuncias por usurpación de viviendas.
Un problema de vivienda
▶ España dispone de menos del 2% de vivienda social, frente al 15% que hay de media en la UE.
▶ El relator de la ONU Philip Alston, que visitó España a principios de este año, recomendó limitar los precios de los alquileres para paliar «la crisis de la vivienda», algo que debería ser un objetivo primordial.
▶ Existe un amplio parque de vivienda vacía fruto de la burbuja inmobiliaria. Según los últimos datos disponibles del INE , que datan del 2011, Lugo es la segunda provincia con mayor número de casas vacías: un total de 2.016 por cada 10.000.
Barrios de Lugo afectados
▶ La Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) identifica hasta cuatro "zonas calientes" en Lugo: los barrios de A Milagrosa, As Gándaras, barrio Feijóo y A Chanca.
▶ Además de esas áreas proclives, también se localizaron en los últimos años casos de usurpación en Abella, Camiño Real, Fingoi o Ronda da Muralla.
El perfil de las viviendas
▶ La Fegein también apunta a que el principal objetivo de los okupas son las viviendas adjudicadas a las entidades financieras.
▶ En Lugo, las viviendas okupadas acostumbran ser propiedades en condiciones de abandono que se encuentran en los barrios próximos al casco urbano.
▶ La priorización de la edificación frente a la rehabilitación produce que exista un alto porcentaje de abandono de casas en los barrios de las afueras de la ciudad.
Percepción social
▶ Según el último estudio del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), publicado en el mes de julio, la okupación no aparece entre los más de cuarenta ‘principales problemas que afectan a España’ para los 3.032 encuestados.
▶ En ese mismo barómetro, el problema de la vivienda sí se señala entre que los que afectan directamente a los encuestados.
Ámbito jurídico
▶ Si se trata de la residencia habitual, primera o segunda vivienda, se trata de un allanamiento de morada, delito recogido en el Código Penal en su artículo 202.2. En este caso, la Policía puede resolverlo de forma casi inmediata.
▶ De no ser vivienda habitual, el delito es el de usurpación, castigado con multa. Desde 2018 hay un proceso civil de desahucio exprés, que se resolvería en semanas si el juzgado no está sobrecargado

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