Los cristales rotos de botellas y vasos inundan el atrio de la catedral lucense. Desde hace meses, los turistas y vecinos que pasan por la pequeña plaza situada ante la puerta oeste del templo tienen que andar con ojo por donde pisan.
Según el delegado de Patrimonio del Obispado de Lugo, César Carnero, el problema surge de las personas que van a hacer botellón a la plaza Pío XII y que no respetan el entorno ni de la muralla ni de la catedral.
Carnero dice que tanto el consistorio lucense como el personal de limpieza de la catedral son las que llevan la limpieza del atrio. "O problema é que as máquinas que se empregan para limpar non recollen o cristal porque é moi pesado, ademais de que o tipo de empedrado complica o proceso", asegura. Con todo, Carnero comenta que "nunca houbo ningún perigo" ni ningún accidente relacionado con los cristales.
El delegado de Patrimonio no contempla el cerrado del atrio como una opción para acabar con el problema. "Calquera intervención que se faga na zona da catedral ten que ser moi coidadosa e precisaríanse varios permisos para facela. Ademais, habería que empregar verxas de bronce que casaran coa estética do monumento, pero son moi caras".
Carnero también cree que aunque se colocaran verjas, la gente las saltaría para seguir haciendo el botellón en el atrio. "O máis razonable e que a xente sexa civilizada e tire as botellas no contenedor que corresponde", asegura.
