La crisis hace mella en San Pedro

Hay 16 bajos vacíos, lo que supone más de una cuarta parte de los locales que se encuentran en esta céntrica calle de la capital lucense

Uno de los locales vacíos de San Pedro.XESÚS PONTE
photo_camera Uno de los locales vacíos de San Pedro.XESÚS PONTE

El atractivo comercial de la Rúa San Pedro se diluye. Están vacíos más de una cuarta parte de los bajos que hay a lo largo de los 220 metros de longitud que tiene esta céntrica calle de la capital lucense. En el escaparate de 14 locales cuelga el cartel de se alquila; uno más está en venta, como la casa en la que se encuentra, y en otro se advierte de que el inmueble está en ruinas.

La mayoría de esos locales que están ahora cerrados no se encuentra en las inmediaciones de la muralla, sino que ya se concentra más cerca de la Praza Maior, en el entorno del cruce con la Rúa do Progreso.

En San Pedro, con unos 40 establecimientos en activo, convive el comercio más antiguo de Lugo, una cordelería que echó a andar hace más de 140 años, con una franquicia de yogur helado, con origen en A Mariña, que abrió sus puertas al público a finales del año pasado.

Javier López Jato, que es el director gerente de la inmobiliaria Futura, afincada en esta calle, advierte de que en los últimos meses se ha producido «una oleada de cierres de locales, como en otros puntos del centro, Armanyá, Praza Maior, Progreso...». Pero precisa que se están volviendo a arrendar.

En los últimos años se ha producido además «un ajuste» de los precios de alquiler, según asegura el que es también delegado de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios en Galicia, que indicó que un local de unos 90 metros cuadrados de superficie se puede arrendar actualmente en San Pedro por «unos 1.200/1.400 euros mensuales».

HORAS BAJAS. Los bajos entre 80 y 100 metros cuadrados son «los más demandados», a juicio de López Jato, que apunta que «tampoco hay locales grandes en el centro que estén vacíos, porque los tienen alquilados las grandes compañías».

El que fuera presidente de la ahora inactiva asociación de empresarios de San Pedro y que estuvo al frente de una joyería asentada durante un siglo en esta calle -el año pasado cambió de aires-, atribuye el cierre de locales a que «cada vez el cliente quiere comprar más barato, los márgenes comerciales son más bajos y los alquileres no se pueden pagar».

José Antonio Refojo, jubilado ya a sus 72 años, considera que esta pérdida de atractivo de San Pedro pone también de manifiesto los apuros por los que está atravesando el comercio tradicional, debido, por una parte, a «la competencia de las ventas online» y, por otra, a que «han cambiado las prioridades de los clientes», que prefieren el ocio al comercio. Así precisa que estos «ya no suelen buscar productos de calidad, sino más económicos».

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