"Creo que los españoles necesitan una explicación del Rey emérito"

El puente blanco es la obra de la que se siente más orgulloso en su etapa como ministro de Fomento, un cargo en el que dejó inconclusas obras por falta de tiempo 
José Blanco, con el puente blanco al fondo. XESÚS PONTE
photo_camera José Blanco, con el puente blanco al fondo. XESÚS PONTE

La nueva vida fuera de la política ha relajado el semblante de José Blanco (Palas de Rei, 1962) después de más de cuatro décadas de militancia activa en el socialismo, en donde dice haberlo sido todo, hasta ministro, "lo máximo a lo que puede aspirar" alguien con vocación política, según confiesa. Más delgado, gracias a que se curte "a horas intempestivas" en el gimnasio, este lucense convertido en un hombre de empresa analiza en esta entrevista una actualidad en España marcada por la pandemia.

Consultor y consejero de Enagás desde mayo pasado, se le ve ya dedicado por entero al mundo de la empresa. ¿No hay vuelta atrás entonces a su renuncia a la política?

Cuando salí del Parlamento Europeo dije bien claro que había vida después de la política, que la vida es un constante abrir y cerrar puertas y yo finalicé una etapa de la que estoy orgulloso, satisfecho y agradecido, pero no tiene vuelta atrás.

¿Le hubiese gustado seguir como parlamentario?

También dije con claridad que me hubiese gustado seguir otra legislatura para culminar un proceso, pero yo comprendo que cuando hay un equipo nuevo, una dirección nueva, es normal que traten de configurar candidaturas que respondan a los objetivos que tienen, y lo digo sin rencor. Y hoy, después de casi dos años de haber dejado la política, he de reconocer que esta nueva situación me ha permitido abrir una nueva etapa distinta, muy positiva y no echo en falta la vida política en activo. Es verdad que disfruté mucho en el Parlamento Europeo, tuve un trabajo intenso en temas que ahora forman parte del debate político, la transición energética. En el marco regulatorio que rige para el periodo 2020-2030, fui ponente de una directiva muy importante que es la de energía renovable y me permitió conocer mucho más todo lo que se mueve en torno a la energía. 

¿Y le ofrecieron algún cargo en el Gobierno de España?

No, porque cuando dejé de formar parte de la candidatura dije que era el final de una etapa y que iba a emprender otra y por ello no estoy en condiciones personales de aceptar ninguna propuesta que tenga que ver con la actividad político- institucional. Tuve la enorme fortuna de haber sido concejal, diputado, senador y ministro del Gobierno de España, que es lo máximo a lo que puede aspirar una persona que tenga vocación política. Por tanto, he cumplido mi papel de servicio público y he emprendido una nueva etapa. Y tengo que decir que tengo un caudal de gratitud hacia los militantes de mi partido y los votantes y en especial a los de la provincia, y también hacia los dirigentes pasados y actuales, pero dentro de ellos hay una persona que le tengo un enorme aprecio y respeto, como es José Luis Rodríguez Zapatero.

Hablando de históricos de su partido, ahora en el PSOE hay algunos de ellos, como Felipe González, críticos con el papel de Podemos en el Gobierno. ¿Debe dar Pedro Sánchez un golpe en la mesa para advertir a sus socios?

Yo soy leal a mi partido, a sus militantes y dirigentes. Cuando uno lo ha sido todo en la vida política, lo que tiene es que respetar, apoyar y ser leales con los que dirigen en este momento el partido y el Gobierno. Estamos en un tiempo distinto y difícil. Yo no le arriendo ganancia al presidente ni al Gobierno, que tuvo la desgracia de tener que enfrentarse a una de las mayores dificultades que hubo en este último siglo, hacer frente a una pandemia, en la que no hay recetas ni manual de instrucciones. Creo que lo están haciendo muy bien. Hay algunos que dicen que se podría hacer de otra forma, pero comparo con otras recetas que se han aplicado por el mundo y al final España está entre los cinco países con más personas vacunadas. Y veo que con todas las dificultades que supone un gobierno de coalición, el haber integrado para la democracia a una generación que estaba en torno a Podemos, muy contestataria con el sistema, me parece que tiene un valor muy positivo para la democracia y el sistema y me parece extraordinario para valorar la presencia de Podemos en el Gobierno.

¿Pero acabará el mandato de cuatro años este Gobierno bipartito?

No me cabe ninguna duda. Este Gobierno tiene vocación de permanencia, de hacer cosas; han hecho muchas en poco tiempo y cuando haya perspectiva las podremos poner en valor: haber aprobado por ejemplo la renta mínima, haber hecho una ley educativa frente a otra ley contestada por todos y que no había generado consenso, haber aprobado unos Presupuestos Generales del Estado con un puzzle muy complicado, con un acento muy claro de inversión social, de transformación social del país, y eso con una fragmentación política desconocida hasta ahora y donde articular mayorías resulta muy complejo.

La derecha en todo caso está más dividida que nunca. ¿Debería aprovechar esta situación Sánchez para convocar elecciones?

Los ciudadanos hablaron muchas veces en muy poco tiempo y lo que quieren es que se gobierne con el resultado de lo que votaron, porque no podemos olvidar que la situación del Parlamento es lo que quisieron. No se puede trasladar, cuando hay dificultades, la decisión al ciudadano para que la resuelva. Han votado para que los políticos sepan interpretar el sentido de su voto y resuelvan los problemas, no que se los trasladen a ellos.

Haber integrado a una generación que estaba en torno a Podemos me parece un valor positivo para la democracia

Ya, pero ni siquiera hay acuerdo para renovar el CGPJ...

Lo digo sin ánimo de acritud, pero creo que eso le va a pasar factura al PP, porque un partido con vocación de gobierno tiene que hacerse cargo de los problemas del país, contribuir a resolverlos. Un elemento esencial de la Constitución y el Estado es el CGPJ y boicotear los órganos de gobierno es boicotear la esencia misma de la Constitución.

Podemos pone en cuestión a cada oportunidad que se presenta a la Corona. ¿Qué opina de la crisis de reputación que sufre esta institución provocada por la polémica generada en torno al rey emérito?

Yo sufro mucho con esta polémica porque aprecio el trabajo que hizo el Rey emérito para consolidar nuestra democracia, para contribuir a proyectarnos sobre el mundo, para ejercer un papel de embajador de nuestro país... Y desde ese aprecio no entiendo ciertos abusos que estamos conociendo y que me incomodan muchísimo. Creo que los españoles necesitan una explicación de su parte. Le haría bien a él y a España.

Y una pregunta que se hacía la clase política estas semanas. ¿En España hay democracia plena?

Bueno hay democracia plena desde el punto de vista de que los ciudadanos eligen a los gobiernos con su voto y expresan el deseo de quién tiene que ejercer el gobierno de una comunidad, un ayuntamiento... Como todo sistema, todo se puede perfeccionar y mejorar, y podemos conseguir que exista más transparencia, más controles. Todavía queda un trecho y si a mí se me plantea si hay margen para la mejora, yo digo que sí. Pero cuando alguien dice que no hay democracia plena, que me explique cuál es su modelo, porque entonces se podría entender mejor de lo que estamos hablando más allá de un eslogan.

¿Y qué le parece que se encarcele a raperos por canciones críticas?

Se encarcelarán porque vulneran la ley. Si no nos gusta la ley hay una posibilidad, que es cambiarla de acuerdo a las reglas y procedimientos. Si no nos gusta la Constitución, pues hay una forma de poder cambiarla, está prevista en la propia Constitución. Si queremos cambiar el modelo de Estado, también se puede cambiar.

Pero el melón constitucional hay quien no lo quiere abrir.

Bueno porque el melón constitucional requiere de consensos y de acuerdos y ahora parece que lo importante es el desacuerdo, el enfrentamiento y la confrontación. Se puede hacer oposición, pero se pueden alcanzar acuerdos. Los Pactos de la Moncloa se hicieron y eso no impidió que luego ganase el PSOE en el 82 las elecciones y con una amplia mayoría. El pacto antiterrorista se firmó cuando Eta pegaba muy duro y eso no impidió que Rodríguez Zapatero pudiera ganar y gobernar.

Se encarcelarán porque vulneran la ley. Si no nos gusta la Constitución, pues hay forma de cambiarla


Recuerdos del 23-F: "Escondimos fichas de militantes en el desván"  

Hace días publicamos una foto suya leyendo un comunicado tras el golpe del 23-F. ¿Qué recuerdos tiene de esa época?

Aquella foto me recordó primero que estoy muy mayor, pero tiene el origen en que las fuerzas convocantes de la manifestación de repulsa al golpe del 23-F sortearon la organización que tenía que leer el comunicado y le tocó a las Juventudes Socialistas. Y esa fue la razón de por qué yo lo leí. Recuerdo además que el día anterior yo estaba en Santiago con el secretario de organización del PSdeG en aquel momento, Jano Leis, y que escondimos en su desván las fichas de los militantes, porque de aquellas no había ordenadores donde archivar los datos. De poco hubiera valido si el golpe fuese adelante.

Se le ve menos activo que otros expolíticos en las redes sociales.

Estoy poco activo pero hay alguna opinión que a veces emito, hay cosas que a veces a uno le hierve la sangre si no dice nada. Sobre todo soy activo informando de las actividades de la consultora, también en el apoyo al Gobierno de España y a veces uno muestra su sorpresa, como que las infantas fueran a vacunarse [a Abu Dabhi]. Llueve sobre mojado y le hacen un flaco favor a la Corona en estos momentos.

¿Cómo vivió la pandemia desde Madrid y el confinamiento?

El confinamiento fue lo más fácil, porque nos obligaron a estar en nuestro hogares, pero yo decía, lo difícil será cuando acabe porque es donde se tiene que ejercitar la responsabilidad individual. Y así se ha visto, porque tras el confinamiento, la libertad nos ha llevado a cometer abusos y a que la respuesta frente al covid no fuese tan efectiva como si se hubiera hecho con responsabilidad.

¿Qué le parecen las medidas que adoptó la presidenta Ayuso?

Me parece que hacer frente a una pandemia requiere de consenso y no entiendo a quien, por marcar la diferencia, está rompiendo permanentemente el consenso, sobre todo cuando luego invoca al patriotismo y al España se rompe. Si no se suma y se acuerda en una situación de tanta dificultad como es la pandemia, me pregunto cuándo va a ser capaz de acordar este país.