CANDIDATOS EN CORTO

Rubén Arroxo, un corredor de fondo de la política

Dice que el atletismo le enseñó a tener temple y a comprender que los pasos deben estar siempre bien medidos. Son recetas que valen para la vida y para la política y el alcaldable del BNG en Lugo, que lleva en el activismo desde muy joven, intenta seguirlas a la vez que se labra un perfil político en contacto con la calle.
Rubén Arroxo. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Rubén Arroxo. VICTORIA RODRÍGUEZ

A Rubén Arroxo el médico no le va a reñir por llevar una vida sedentaria. El candidato del BNG tiene coche, pero lo usa tan poco que va muy sobrado en lo de los 10.000 pasos diarios recomendados. A  él le salen una media de 30.000 al día. Eso será salud, pero también toda una oportunidad de saludar a mucha gente cada día en la calle y, a la vez, de hacer apología en vivo de lo que ha sido su santo y seña en el Concello: las peatonalizaciones.

 

Este lucense con vida de barrio y de aldea, que nació en Fontiñas, se crió en Pías y hoy vive en Fingoi, dice que le gusta y que le sirve para su trabajo político tomarle el pulso a la calle. Y asegura que los lucenses casi siempre le aplauden lo que está haciendo y que, de forma respetuosa siempre le escuchan cuando les cuenta las razones tanto lo que se propone hacer como de lo que descarta. 

Sobre esas relaciones que traba en la calle y esas abuelas que le paran para darle recados se muestra un punto pudoroso, pero cuenta que si tiene que quedarse con el mensaje de algún vecino sería el de uno que le felicitó por la pasarela de San Roque, un hombre que le explicó que ahora ya podía llegar a su centro de salud sin tener que coger un taxi.

Arroxo fue un joven politizado desde muy pronto. Este exalumno de Maristas y del Politécnico, dice que en el instituto ya le nació el impulso militante y que el hundimiento del Prestige fue un detonante definitivo. En la Universidade da Coruña, donde se formó, el activismo se hizo definitivo.

undefined
Arroxo, con dos años, disfrazado de oso en el Entroido. EP

A los 19 años estaba ya en el BNG, pero dice que desde niño ya le pesaron desde la situación del gallego a las injusticias del mundo, el no entender que hubiera gente con hambre a la vez que ricos que ni en seis generaciones podrían gastar sus fortunas. Siempre pensó que la solución tenía que estar en la política, cuenta.

Dado ese ardiente activismo juvenil, dice que en su casa no llamó mucho la atención que acabara donde ha acabado. De hecho, cuenta que ni siquiera recuerda muy bien cómo se lo tomaron sus padres el día que llegó a casa y dijo que iba a ser el candidato del BNG a la alcaldía. Eso sí, parece que ahora nota el aliento familiar detrás y, casi tímidamente y sin entrar en mucho detalle, confiesa que "penso que lles gusta o que estamos a facer en Lugo".

undefined
Arroxo, con su madre, en 2015. EP

Esa labor en la ciudad la lleva con un rumbo fijo, así que no tiene dudas de por dónde va a ir un Lugo gobernado por él. Pero aunque el camino sea claro, Arroxo anda también con el oído atento a lo que pasa a su alrededor y se aparta cuando intuye que se acerca un tren que le puede arrollar.

Es así como el Arroxo que andaba en bici por Lugo desde que era un chavalín ha decidido desde hace una temporada dejar de pedalear. Dice que con el tiempo, pronto, volverá a subirse a la bicicleta, pero ahora ha llegado a la conclusión de que, para no tener que estar dando todo el rato las mismas explicaciones, es mejor aparcarla, evitar que nadie le vincule a un carril bici del que se desentiende, que le parece un error aunque lo hayan hecho sus socios de gobierno. Su modelo, sostiene, es el de una ciudad de tráfico compartido y calmado, en el que la bicicleta sea un vehículo más.

Con la bici en casa, de momento camina o usa el transporte público. Y el hecho de subirse al bus le sirve de paso para defender la eficacia de ese servicio público en Lugo desde que él mismo puso en marcha la reorganización de líneas. Reivindica que hay mucha frecuencia de autobuses en Lugo, sobre todo en los grandes ejes urbanos y que se llega bien a cualquier parte. 

No duda en sacar pecho, así, de un servicio que algún disgusto le ha dado, y no solo por las críticas de la oposición. El momento de poner en marcha la reforma del transporte público marcó seguramente una de los etapas más tensas de su paso por el gobierno, porque tuvo enfrente a una federación de vecinos que lleva cuatro años de uñas con él. Pero fue justo ese momento de revuelta lo que le permitió empezar a plantarle cara a figuras de ese movimiento que con ahínco le venían señalando. 

Quién sabe si ese momento de volverse y encarar la batalla no fue elegido estratégicamente. Se diría que Arroxo no da puntada sin hilo y, por lo que cuenta, parece que de estrategia ha aprendido lo suyo practicando una de las aficiones por las que es más conocido: el atletismo.

Generated by  IJG JPEG Library
AppleMark
Arroxo, en el Medio Maratón de hace unos días. EP

No deja de advertir que él es un corredor de fondo y dice que salir a correr, algo que intenta seguir haciendo todos los días pese a la falta de tiempo desde que está en el gobierno, le ha enseñado a tener temple y a saber, de paso, que las cosas nunca se construyen de un día para otro. Corriendo aprendió que los pasos deben ser siempre medidos y nunca apresurados, cuenta el alcaldable del BNG en Lugo. 

Y se diría que algo le han enseñado también las abejas. Parece que apela a la prudencia y a la paciencia cuando recita un refrán: "En abellas e ovellas non metas o que teñas". Se ríe con ese dicho popular porque dice que es cierto y que con las abejas nunca sabes si el año va a ser bueno en miel o te vas a quedar con las manos vacías. Con todo, él algo va sacando de ahí. La última colecta fue de unos 40 kilos. No estuvo mal en tiempos en los que la velutina amenaza a las colmenas.

Ahora toca ver si también la cosecha de las urnas es buena. Su aspiración es ser el próximo alcalde y dice que el Arroxo sentado en el principal despacho del Ayuntamiento sería exactamente el mismo que los lucenses han conocido como teniente de alcalde, como representante de la oposición o, incluso, el mismo joven que andaba en bici por Lugo cuando todavía casi nadie la conocía.

Generated by  IJG JPEG Library
Generated by  IJG JPEG Library
Generated by  IJG JPEG Library
AppleMark
Arroxo, con Ana Pontón, en A Mosqueira peatonalizada. ARCHIVO

"Formamos un dos mellores gobernos da historia de Lugo"

O medio ambiente está nas inquedanzas de Rubén Arroxo, implicado nos últimos meses en batallas como a de frear o proxecto da Ronda Este porque afecta ás carballeiras do Rato. Ese asunto está no día a día da súa campaña, pero hai máis e as políticas de peonalización seguen no centro.

Vai seguir peonalizando a Ronda? Verémola sen coches en catro anos se vostede é alcalde?
É complicado facer iso en catro anos. É unha obra que pode rondar os 30 millóns de euros. O primeiro sería peonalizar o tramo entre as portas de San Fernando e do Hospital. Pero para facer iso antes hai que completar a Segunda Ronda para dar alternativas ao tráfico, e a iso quero darlle prioridade.

Estalaron diferenzas no goberno da cidade, máis quizais no final de mandato. É normal? 
Somos dous grupos distintos, se pensásemos o mesmo iriamos na mesma lista. Pero os veciños dixeron que debíamos entendernos e fixémolo. Penso que logramos ter un dos mellores gobernos que tivo Lugo. Só hai que ver os resultados.

Entón, despois das diferenzas exhibidas, non os veremos negociando un novo goberno coa navalla enriba da mesa?
Non, para nada! Ademais, os veciños aínda teñen que decidir o que queren. Ao mellor, dannos ao BNG a maioría absoluta. En todo caso, a política é falar e negociar e iso imos facer.

No seu proxecto as peonalizacións eran un piar. Non obstante, é agora a súa socia de goberno quen lidera as obras para pechar o centro ao tráfico.  
Cando iniciamos o mandato tiñamos un programa unido e a peonalización era unha máxima porque é unha aposta do BNG goberne onde goberne. Para nós é un punto básico e o vai seguir sendo. No próximo mandato imos seguir peonalizando rúas nos barrios e temos o obxectivo da cidade dos cinco minutos coa idea de que cada veciño, viva onde viva, teña a cinco minutos da casa unha zona peonil.

Apela moito ao modelo Pontevedra para defender o proxecto de peonalizacións e hai quen lle di que Pontevedra non é Lugo.
O modelo de Pontevedra funciona en moitas cidades de Europa, americanas e ata en Xapón o queren. E o modelo é o mesmo que se falamos dun medicamento: sabemos que a medicina funciona e o que hai que facer é adaptar a dose a cada doente. Coa peonalización é igual, o que hai que facer é aplicar a dose que necesita Lugo.

Cal será a prioridade de Arroxo se é alcalde?
As comunicacións. Somos a capital máis illada de todo o Estado. Podemos falar de crear emprego, de que veñan empresas... e serán discursos moi bonitos, pero que non valerán de nada sen autovías e ferrocarril. A primeira medida será chamar á Xunta e ao ministerio para que poñan día e hora para falar das obras que necesita Lugo e que non imos permitir que se ignoren. A nós dános o mesmo que goberne o PSOE ou o PP á hora de esixir para Lugo.

O problema é que esas obras non dependen do Concello. Nos asuntos que dependen da súa xestión, cal sería a prioridade?
Pero o Concello pode reivindicar. As comunicacións son fundamentais e sen autovías e tren non hai desenvolvemento. Para a xestión que depende de nós, o BNG ten máis de 150 medidas a aplicar. Queremos traballar coa muralla, que é única no mundo, e hai unha capacidade patrimonial e uns restos arqueolóxicos que hai que pór en valor. Lugo ten algunhas condicións únicas que son unha marabilla, como ser a única cidade dentro dunha Reserva da Biosfera.

O aspecto ambiental é importante para Arroxo?
Hai que completar o cinto verde de Lugo, imos plantar 500 árboles para ter rúas con sombra, que é importante nun momento de cambio climático, e ante a previsible escaseza de auga no futuro hai que ir aprobando solucións. Temos que aplicar a fórmula de actuar a nivel local para cambiar a nivel global e niso estamos.

Quizais é o BNG a formación que menos fala do rural? Fan campaña nas parroquias?
O rural está moi presente nas campañas e na axenda do BNG. Necesita servizos, ter infraestruturas coidadas e tamén vida cultural. Queremos que a xente poida quedar no rural e temos compromiso con medidas pioneiras, como o taxi a demanda, un servizo que se dará a prezo de bus urbán. Pontevedra será a primera cidade con taxi a demanda e Lugo, a segunda.