La congelación fiscal limita al Concello de Lugo, que solo sube taxis y párkings

La hora en los subterráneos cuesta 30 céntimos más y las tarifas y los servicios de taxi

Parada de taxis de la estación de autobuses de Lugo. AEP
photo_camera Parada de taxis de la estación de autobuses de Lugo. AEP

El gobierno local aprobó este miércoles una actualización de las tarifas de taxi para 2019, el único cambio, junto a la subida de los párkings subterráneos que fue autorizada recientemente (30 céntimos la hora), que habrá en los tributos y precios públicos municipales este año. El gobierno de Lara Méndez no descarta someter al pleno alguna modificación en la ordenanza del impuesto de circulación para fomentar el uso del coche electrónico, pero el cronómetro -hay elecciones en mayo-, las dificultades de gestión y la escasa predisposición de la oposición a apoyar la labor del gobierno hacen difícil que este año vaya a haber más cambios en la fiscalidad municipal. Y, en todo caso, la mencionada modificación no regiría ya para 2019.

La actualización de las tarifas del taxi fue autorizada por la junta de gobierno -no es necesaria la aprobación por el pleno, como tampoco la de los párkings- en base a la propuesta que realizó la Asociación Provincial del Taxi de Lugo, tras casi seis años sin cambios. El kilómetro recorrido de día sube 8 céntimos y queda en 1,05 euros (1,09 los no laborables), mientras que de noche baja 7 céntimos, hasta 1,32 euros. Además, se modifica y se amplía el horario nocturno, que hasta ahora era de 0.00 a 7.00 horas y pasa a ser de 22.00 a 6.00 horas.

CAMBIOS. La bajada de bandera sube dos céntimos, hasta 1,90 euros durante el día en jornadas laborables, y tres céntimos, hasta 2,50 euros, en fines de semana y festivos. De noche se mantiene en 2,55 euros.

Para compensar el aumento de la tarifa diurna, a propuesta de los taxistas se aprobaron otros cambios, como fijar un tope máximo de lo que se cobra hasta llegar a recoger al cliente que solicitó el servicio por teléfono a través del Radio-taxi. El taxímetro no podrá contabilizar más de 3,75 euros de día y 4,80 euros de noche en el momento de recoger al pasajero dentro de la zona urbana.

Por otro lado, se elimina el suplemento de 0,56 euros que se cobra por salir desde la estación de buses o de tren. Se mantiene el suplemento de equipaje, aunque la tarifa baja un céntimo, hasta 0,55 euros. Finalmente, se reduce en casi dos euros la hora de espera nocturna, que pasa a ser de 25 euros. Por el día se mantiene en 19,71 euros.

Los cambios todavía tardarán en aplicarse, porque ahora deben ser publicados en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), para un periodo de alegaciones de 15 días hábiles.

Si no se producen alegaciones, la modificación se traslada al Consello Galego de Transportes y seguidamente a la Dirección Xeral de Comercio.

CONGELACIÓN. La congelación de tributos, tasas y precios públicos puede parecer una buena noticia para el ciudadano, pero la renuncia a actualizar siquiera el IPC repercute en la economía municipal, ya que reduce la capacidad recaudatoria y por tanto inversora, y produce agravios entre los contribuyentes, que acaban sufragando el coste de los servicios por la vía del presupuesto. Sucede, por ejemplo, con la tasa del agua y la basura. Estos servicios tienen un déficit importante (de aproximadamente un tercio), ya que cuesta más prestarlo de lo que se ingresa. La última subida de la tasa (el 5%) se produjo en 2012. Desde entonces el precio se mantiene congelado, a pesar de que en estos años el IPC subió un 7,7%. Un ejemplo gráfico de la consecuencia de que haya que sufragar parte del servicio a través del presupuesto -en contra de lo que establece la directiva marco del agua de la UE- es que todos los ciudadanos, tengan o no piscina, acaban sufragando, a través de las arcas municipales, la diferencia entre lo que a un vecino que sí la tiene le cuesta llenarla y el coste que este hecho tiene para el Ayuntamiento.

En 2012 se produjo la última gran actualización fiscal en el Concello, tras cuatro años de congelación que coincidieron con los años duros de la crisis. Entonces hubo una subida general de impuestos y tasas del 3% -correspondiente al IPC de 2011-, con algunas excepciones, como la subida del agua, la bajada de alguna tarifa y la congelación de otras. Desde entonces, el PSOE gobierna en minoría y cualquier cambio exige esfuerzo negociador. En este mandato hubo actualizaciones, en muchos casos para implantar o ampliar bonificaciones a colectivos con menos recursos, por lo que la recaudación apenas sufrió cambios, pese a que el coste de los servicios sí ha ido subiendo.