El confinamiento y las mascarillas benefician a los lucenses alérgicos al polen

La presencia de gramíneas coincide con la desescalada ▶ Las consultas de alergia vuelven a crecer estos días
Primavera en Lugo. SEBAS SENANDE
photo_camera Primavera en Lugo. SEBAS SENANDE

El confinamiento obligatorio y medidas preventivas como el uso de mascarillas o pantallas tienen como efecto directo el freno de la transmisión del Covid-19 y, como secundario, otros que empiezan a verse ahora. Parece mentira que tener que quedarse en casa tenga algún beneficio de salud pero, mientras que para algunos pacientes ha empeorado su patología crónica, para otros la ha mejorado. Es el caso de algunos alérgicos. 

El momento de la polinización del abedul ha coincidido con el período más estricto de cuarentena, con lo que esos pacientes han percibido esta temporada menos efectos de su alergia que en otras ocasiones, según reconoce el jefe de Alergología del Hula, Francisco Carballada

Lo cierto es que el polen de abedul es un alergeno de gran importancia en Lugo, donde hay muchos pacientes sensibilizados contra él y a quienes un paseo al aire libre en esta época les provoca un variopinto surtido de síntomas, desde el lagrimeo y los estornudos típicos de la rinitis hasta el asma alérgica. Pasar más tiempo en interior y menos en contacto con el polen les ha ayudado, al igual que el uso de mascarillas y gafas de sol puede también hacerlo. 

"La desescalada coincide con el pico de las gramíneas, así que estos pacientes ya no notarán tantos beneficios porque saldrán más, pasearán más y notarán por tanto más efectos", concluye. 

El doctor Carballada señala que, durante el confinamiento, las consultas de alergia, como todas, bajaron en picado

Además, admite que hay una fuerte presencia de gramíneas no solo porque es la época sino también por las circunstancias particulares de que un período de lluvia haya precedido a otro soleado y de subida de las temperaturas.

También a estos pacientes les pueden beneficiar el uso habitual de mascarillas y de gafas de sol, ya que limita su contacto con el alérgeno cuando se encuentran en el exterior. 

El doctor Carballada señala que, durante el confinamiento, las consultas de alergia, como todas, bajaron en picado e incluso cuando se reanudó la actividad había pacientes que no querían ir al hospital por miedo. Ahora ya se percibe un incremento y mayor cumplimiento con las citas.

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