El tráfico en la Ronda se normalizó la semana pasada, con la recuperación de los dos carriles de circulación a la espera de que se ponga en marcha el proceso de peatonalización. Al margen de esa medida quedó la zona de Recatelo y hay conductores que alertan del riesgo de choques en ese punto.
Los conductores se quejan expresamente de la señalización, ya que el cierre del carril al tráfico se produce de forma abrupta, sin que haya señalización anterior que avise de que todo el tráfico debe concentrarse en un solo carril.
Aunque ahora la velocidad en la Ronda está limitada a 30 kilómetros por hora y, por tanto, los conductores deberían tener más capacidad de reacción, usuarios de esa vía creen que los accidentes van a resultar casi inevitables si, como mínimo, no se mejora la señalización.
Puede que no haya accidentes muy graves, pero sí choques frecuentes y eso puede causar problemas de colapsos en la vía, opinan los críticos con la forma en la que se ha organizado el tráfico en ese lugar. Apuntan a que si hay choques, estos pueden acabar afectando también a los peatones, a los que se reserva ese carril de la Ronda en la zona de Recatelo.
De hecho, hay peatones y también ciclistas que, incluso, circulan en sentido contrario por ese carril reservado para ellos en una zona que, por otra parte, tiene muy poca visibilidad debido a la curva que hace la muralla.
En esa zona se decidió mantener un carril reservado a los peatones porque no hay acera en el lado de la muralla. Sin embargo, el paseo no deja de ser peligroso.
La medida diseñada para esa zona es definitiva, según los planes del área de movilidad. No obstante, la idea es extender a medio plazo ese proyecto hasta la puerta de Bispo Odoario, de modo que el tramo en el que uno de los carriles quedaría cerrado al tráfico sería mucho más largo.
El mantenimiento del cierre de un carril en la zona de Recatelo ha generado de momento quejas solo por una cuestión de seguridad, aunque hay conductores que también temen que en esa zona lleguen a formarse retenciones en el momento en el que empiece el curso escolar.
Los atascos en las horas de entrada y salida de los colegios son crónicos desde hace años y se agudizan porque es habitual que haya coches aparcados de forma que se dificulta la circulación.
