Condenado un lucense por quedarse con 104.000 euros de una burgalesa

La mujer contactó con él por el anuncio de un periódico en busca de inversores en un negocio

La Audiencia Provincial ha condenado a un lucense a dos años de prisión por apropiarse del dinero que le fue dando una mujer de Burgos como adelanto de un negocio de inversión. La víctima del engaño había contactado con él a través de un anuncio en prensa y entre transferencias y efectivo llegó a darle 104.000 euros.

La sentencia recoge como, en 2007, la mujer recurrió a un anuncio de prensa para ponerse en contacto con este lucense con el fin de que le ayudara a buscar inversores para la compra de varias naves en la ciudad de Burgos y de un local comercial en Marbella. El acusado, Francisco F.F., colaboraba con una empresa llamada Euroinversiones, que se dedicaba al refinanciamiento de deudas y el asesoramiento financiero. No obstante, en el juicio aseguró que este negocio lo hizo a título individual.

De este modo, Francisco F.F. comenzó a reclamar diversas cantidades de dinero a la mujer para afrontar supuestos gastos de tramitación de documentación, gastos notariales, hipotecas y préstamos. Los ingresos eran realizados en una cuenta que el estafador había abierto para ello: 32.000 euros en un primer pago, 12.000 un mes después y 6.000 a los tres meses. Además, le fue girando otras cantidades menores, hasta que llegó la gran cita: en octubre de 2008 la mujer se reunió con el supuesto asesor financiero en un hotel de Madrid, donde le hizo entrega de otros 55.000 euros en efectivo.

El acusado trató de calmar a la mujer firmando un cheque de 70.000 euros y otro de 40.000, pero la cuenta estaba sin fondos

Cheques sin fondos. En realidad, ninguna de estas cantidades se utilizó para el negocio que esperaba la burgalesa, sino que fue a parar directamente al bolsillo del acusado. A los magistrados de la Audiencia Provincial no le quedaron dudas al respecto cuando además se pudo constatar que Francisco F.F. había librado tiempo después dos cheques, uno de 70.000 y otro de 40.000 euros, a favor de la mujer, «con la clara intención de acallar las peticiones de devolución de la denunciante». El problema añadido es que ninguno de esos cheques pudo hacerse efectivo: el acusado los libró contra una cuenta que abrió específicamente para eso y en la que nunca llegó a haber ni un euro.

Sin embargo, la Audiencia considera estos hechos como un delito de apropiación indebida y no de estafa, ya que valora que fue ella la que se puso en contacto con él a través de un anuncio y que incluso llegó a recibir alguna llamada de parte de Francisco F.F. terceras personas que decían estar interesadas en el negocio.

Por ello, lo condena a dos años de prisión, en lugar de a los dos años y medio que solicitaba el fiscal o a los cuatro que reclamaba la víctima, representada por el abogado Julio Castro Lamas.

El condenado también tendrá que pagar una multa de 1.440 euros, además de devolver a la afectada los 104.000 euros más los intereses correspondientes desde 2008. Se da la circunstancia de Francisco F.F. se encuentra ya cumpliendo condena en la prisión de Bonxe por otro asunto.

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