Condenado por seguir a una mujer a diario de casa al trabajo y hacerle fotos

El acusado llegó a acercarle el móvil a las rodillas para captar una imagen por debajo de la ropa ►La chica lo denunció y el juez le impuso 160 euros de multa como autor de un delito de coacciones

La pareja se reencontró en la zona de Santo Domingo gracias a la ayuda de los policías. AEP
photo_camera El hombre perseguía a la víctima hasta su lugar de trabajo, ubicado en la Praza de Santo Domingo. GSV

Se obsesionó con una joven y comenzó a seguirla por la calle un día tras otro, hasta que la víctima se asustó y denunció los hechos. El acusado, de 36 años, acabó siendo condenado a pagar 160 euros de multa como autor de un delito leve de coacciones.

Tal y como se recoge en la sentencia, el hombre "vigiló, persiguió y buscó la proximidad física" de la víctima por varias calles de Lugo. El acusado la esperaba todos los días a las puertas de su domicilio, sobre las ocho de la mañana, y la seguía hasta su lugar de trabajo, que estaba situado en la Praza de Santo Domingo.

La víctima llegó a comprar un espray de pimienta por si el acusado la atacaba, ya que la esperaba todos los días frente a su domicilio

La joven se dio cuenta de que el acusado le seguía los pasos y empezó a asustarse. Además, en una ocasión, el 4 de octubre de 2017, se colocó a su lado y caminó un rato pegado a ella.

La sentencia del juzgado de Instrucción número 2 de Lugo explica que el hombre también se dedicaba a fotografiar a la mujer. Además, en dos ocasiones, llegó a colocarle el móvil a la altura de las rodillas "para captar una imagen bajo la ropa". El juez mantiene que esta conducta "es claramente intimidatoria" y "ejerció violencia física" sobre la denunciante.

El acusado negó los hechos y facilitó su móvil a los investigadores cuando fue detenido para demostrar que no tenía imágenes de la denunciante. Sin embargo, el juez concluye que esa circunstancia "no resta credibilidad al testimonio de la víctima", ya que, desde que la mujer denunció los hechos hasta el arresto pasaron más de diez días, "por lo que tuvo tiempo suficiente para borrar o trasladar las imágenes captadas, o incluso que las mismas no llegasen a tomarse por la rápida acción de la denunciante".

El fallo apunta igualmente que el acusado conocía perfectamente el horario de la mujer, así como la dirección de su vivienda y de su lugar de trabajo, y no se cortaba en perseguirla. De este modo, concluye que "existe ese dolo genérico contra la libertad de la denunciante que configura el delito leve de coacciones".

El acusado recurrió la condena, pero la Audiencia Provincial comparte los argumentos del juzgado instructor y confirma el fallo.