Condenado por ponerse agresivo en el Hula y liarse a escupitajos con la gente

La Policía lo detuvo por llevarse enseres de un piso alquilado y en el calabozo golpeó las paredes hasta sangrar, por lo que fue al hospital. Tuvieron que atarlo y taparle la boca con una mascarilla

Entrada del HULA. AEP
photo_camera Entrada del HULA. AEP

Un joven que fue trasladado al Hula, tras ser detenido por la Policía Nacional, fue condenado a seis meses de prisión por mostrarse agresivo con policías y sanitarios y liarse a escupitajos con todas las personas que se le acercaban.

La sentencia señala que el 31 de mayo de 2016, sobre las seis menos cuarto de la tarde, la Sala del 091 recibió una llamada en la que un vecino explicaba que el acusado estaba sacando los enseres de un piso de alquiler, del que no pagaba la renta. Los agentes acudieron al lugar indicado, en la calle Nicomedes Pástor Díaz, y detuvieron al joven.

El chico, que en aquel momento tenía 25 años, fue trasladado a comisaría y cuando ya estaba en el interior del calabozo comenzó a dar golpes con los nudillos de la mano derecha en las paredes y en la puerta, hasta que se lesionó y empezó a sangrar.

Los agentes decidieron entonces llevarlo al PAC de Fingoi para que lo examinara un médico, donde también se mostró "en estado de agitación". El chico insultó a los policías mientras se encontraba en la sala de espera y les dijo: "de la cárcel se sale, y cuando salga os voy a matar a vosotros y a toda vuestra familia. Cuando os pille en la calle os voy a reventar".

Tras una primera asistencia en el PAC, los médicos derivaron al joven al Hospital Universitario Lucus Augusti para que le hiciera una radiografía con el objetivo de descartar fracturas en la mano derecha. Según se recoge en la sentencia, una vez en el hospital, «en el mismo estado de agitación y nerviosismo», el acusado volvió a mostrar una actitud «agresiva» hacia los agentes, sobre todo cuando le decían que permaneciera sentado y tranquilo en la sala de espera.

El joven intentó darles varios cabezazos y finalmente tuvo que ser reducido por los policías, con ayuda de los vigilantes de seguridad del centro y del personal sanitario. El acusado llegó a ponerse tan agresivo que lo tuvieron que atar a una camilla con bridas para inmovilizarlo. Además, comenzó a escupir sin para a todos los presentes, por lo que le colocaron una mascarilla.

Por estos hechos, el juzgado de lo Penal número 1 de Lugo condenó al joven -natural de Monforte de Lemos- como autor de un delito de resistencia a agentes de la autoridad, con la agravante de reincidencia y la atenuante de embriaguez, y le impuso seis meses de prisión.