Condenado un joven por arrancar los espejos de tres coches a patadas

El juzgado Penal 2 de la capital lucense ha condenado a un joven que arrancó a patadas los espejos retrovisores de tres coches que estaban aparcados por simple diversión. La jueza lo condena por la mayor pena que le era posible, un delito de daños, y le impone seis meses de multa a dos euros diarios, con la responsabilidad de un día de privación de libertad por cada cuota no pagada. El chaval deberá pagar además todas las costas procesales e indemnizar a los propietarios de los vehículos con unos 540 euros.

En el juicio, en principio, se sentaron como acusados tres jóvenes, que fueron identificados por la Policía como los supuestos autores de los daños a tres coches que estaban aparcados de noche en la calle Tui. Sin embargo, los agentes reconocieron en la vista que en el momento de ser identificados los tres chavales coincidieron en que solo uno de ellos era el autor de las patadas a los retrovisores. Una versión que los otros dos confirmaron en el juicio, pero no así el que finalmente resultó condenado, ya que ni siquiera se presentó.

La jueza, sin embargo, no solo no dudó en condenarlo, sino que consideró que era merecedor del mayor de los reproches penales que se podía imponer ya que se daban todos los elementos para ello: estaban probados los daños; estos eran mayores de 400 euros y además existía en el comportamiento del joven la "intención de dañar" con un evidente menosprecio por la propiedad ajena.

El ministerio fiscal solicitaba en principio en su escrito de acusación una pena de 18 días de multa, pero finalmente la jueza decidió que su conducta merecía una condena de seis meses de multa.