Las antiguas farolas de Frigsa, unas piezas singulares de hormigón, dejarán de formar parte del paisaje de ese parque.
Las luminarias, que datan de la época del franquismo, serán retiradas porque están muy deterioradas y suponen incluso un peligro para los usuarios del parque, según Rubén Arroxo, teniente de alcalde, que este domingo anunció la decisión de sacar del parque las viejas farolas.
La medida afecta, en total, a doce farolas de grandes dimensiones, que llevan sin funcionar desde que cerró el factoría cárnica en 1983, recordó el teniente de alcalde de la capital.
Las lámparas se instalaron cuando se construyó el emblemático matadero de Lugo, que fue inaugurado por Franco en 1956, recordó este domingo el Ayuntamiento.
Aunque se van a retirar, el Ayuntamiento tiene intención de conservar algunas de las que se encuentren en mejor estado, como parte del patrimonio histórico de la ciudad, avanzó Arroxo.
La estructura de las luminarias es de hormigón y, debido al paso del tiempo, algunas llevan años sufriendo un alarmante deterioro. Aunque la situación era conocida y se ha denunciado en diversas ocasiones, nunca se actuó para protegerlas, de forma que el deterioro se hizo imparable.
Más allá de la propia estructura del parque de Frigsa, en el recinto no queda ya prácticamente ningún elemento representativo de lo que fue el gran centro fabril de la ciudad en el siglo XX.
El parque, que en el inventario municipal aparece como el bien más valioso del Ayuntamiento, con una tasación de 10,2 millones de euros, es hoy referente por su carácter de espacio cultural y deportivo.
De hecho, el que a día de hoy sigue siendo el Auditorio de Lugo se localiza en lo que fue una parte del matadero del gran complejo cárnico de la ciudad. El MIHL se asienta en terrenos que también estuvieron ocupados por el complejo de Frigsa y que, cuando eran una ruina que suponía incluso una amenaza para la seguridad, se derribaron para ampliar Duquesa de Lugo y construir el actual museo de historia de la ciudad.
