Durante siglos el bautizo fue una parte fundamental de la religión, una forma de dar la bienvenida a un pequeño dentro de la comunidad religiosa, su compromiso con una fe determinada y, a la vez, salvar su alma. El Ayuntamiento de Lugo acogió este sábado el primer bautizo civil, una ceremonia que se celebra en otras ciudades españolas.
"Más que un bautizo civil es una bienvenida a la comunidad", explicó Pamela Méndez, madre de Emma, la primera lucense en recibirlo. Sus padres se muestran muy contentos con la iniciativa de la que se enteraron a través de la prensa. Les pareció muy curioso y decidieron comenzar a hacer los trámites para que su niña de tres meses fuese recibida por parte de la comunidad.
Los principios continúan siendo los mismos: la pequeña tiene un padrino y una madrina, recibe un pequeño sermón y está arropada por sus familiares. El convite también estaba preparado. "Es una ceremonia íntima", comentó el padre, Adrián Regueiro. Les parecía injusto la idea de que se quedase sin su fiesta solo por no celebrarlo por la iglesia. "La religión es una opción, no una obligación", dijo el progenitor, que ve el bautizo como una "celebración" del nacimiento de su hija.
La concejala de ciudadanía, Rosana Rielo, fue la encargada de oficiar esta ceremonia por primera vez en la ciudad. Los padres de la menor se rieron de la casualidad, ya que fue esta edil quien ofició su boda y la de algún familiar cercano.
El acto, íntimo y sencillo, consistió en la lectura de los derechos fundamentales del niño, una defensa de la infancia y del papel del Ayuntamiento en la vida diaria de los lucenses. Emma será la primera, pero no va a ser la única. El Concello espera otro acto de bienvenida a la comunidad el próximo fin de semana y existen más personas interesadas en celebrar esta ceremonia tan especial.
