El Concello intentará mover la zona de baño aguas arriba

El gobierno de Lara Méndez solicitó permiso para desplazar las piscinas flotantes después de que la Xunta advirtiese de que en la ubicación original hay unos 6.000 mejillones de especies vulnerables y de que pusiese en duda la existencia de caudal suficiente para un baño seguro
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photo_camera Estructura flotante que comenzó a instalarse en el río Miño de prueba. VICTORIA RODRÍGUEZ

El Concello de Lugo solicitó este jueves a la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil permiso para instalar la plataforma de baño proyectada en el río Miño unos 40 metros más arriba de la ubicación en la que estaba prevista y para llevarla más al centro del cauce.

El gobierno de Lara Méndez tomó esta decisión a la vista del informe que recibió del Servizo de Patrimonio Natural de la Xunta en Lugo, donde se señala la existencia de una colonia de unos 6.000 mejillones de dos especies protegidas en la zona donde estaba previsto instalar las piscinas flotantes y se pone en duda la existencia de caudal suficiente para un baño seguro.

Para tomar una decisión, el gobierno local estaba a la espera de ver el informe de la Xunta, cuya entrada en el Concello se retrasó, según explicó, por fallos informáticos que afectan a distintas administraciones y que están relacionados con las medidas de seguridad adoptadas con motivo de la cumbre de la Otan en Madrid.

El gobierno se debatía entre solicitar el traslado de los mejillones, algo que veía viable porque eso mismo se hizo para la obra del caneiro del antiguo restaurante O Muíño, o cambiar la ubicación de la plataforma de baño. Optó por esta alternativa para garantizar también la existencia de más caudal, teniendo en cuenta que este año el río lleva un 35% menos de agua que otros veranos por la escasez de precipitaciones en los últimos meses. La instalación se mantendrá "na área" del proyecto original porque "os estudos realizados consideran que esta é a opción máis respectuosa co río, en consonancia cos permisos concedidos pola CHMS", explicó el concejal de medio ambiente, Miguel Fernández. Este insistió en que el Concello siguió todas las indicaciones realizadas por la CHMS y la Xunta.