El Concello de Lugo instaló cámaras de videovigilancia en la plaza de abastos y el mercado municipal, una medida que llevaba tiempo siendo demandada por los placeros, según explicó la concejalía de Participación Cidadá e Servizos á Veciñanza, que dirige la nacionalista Cristina López.
Las cámaras entran en funcionamiento, al igual que el sistema de alarma, cuando los vigilantes de las instalaciones cierran las puertas de las mismas por la noche y se apagan al abrirlas por la mañana, según explicó el gobierno local.
Los cambios que se llevaron a cabo en los últimos tiempos en la apertura y el cierre de las instalaciones provocaron quejas de algunos vendedores, como los que acuden los martes y viernes al sótano con productos frescos, porque algún día se retrasó la apertura de las instalaciones al público.
En los últimos meses también ha estado sobre la mesa el debate sobre si los placeros deben mantener los puestos abiertos por la tarde. Así figura en la ordenanza vigente, pero los vendedores no lo ven viable.
