El hecho de que el BNG hiciera público que un informe entregado hace ya varios meses por el Centro de Estudios da Historia da Cidade confirmaba la existencia de aguas termales en los márgenes del río Miño ha obligado al Concello a moverse. Este martes, confirmó que, de entrada, descarta la opción de crear una zona gratuita de aguas mineromedicinales, las mismas que utiliza el balneario, precisamente para no afectar a este.
Esta decisión se tomó en una reunión de la alcaldesa, Lara Méndez, con la coordinadora del estudio de la USC, la historiadora Ana Goy, y la funcionaria responsable de la gestión de la estrategia Edusi, los fondos europeos con los que se pretende financiar.
Esta actuación, sin embargo, se limitaría a la creación de una zona de baño con aguas térmicas (calientes, pero sin propiedades medicinales), que se situaría en un lugar aún por determinar entre el puente nuevo y el romano. Tampoco está decidida la estructura que tendría esta zona de baño, si tipo piscina o poza.
Según explicaron fuentes municipales, la opción de que se usaran las aguas termales fue descartada por Lara Méndez porque el informe señala que si su creación implicara "un cambio en las condiciones de la fuente termal del balneario (cambios en la temperatura, composición del agua, caudal...) entra dentro de lo posible que se quiera hacer responsable a las obras de la nueva captación. Esto implicaría un proceso judicial de consecuencias imprevisibles".
La opción elegida ha sido la otra planteada por el informe: baños de agua caliente. También hay dos opciones para conseguir estos baños: buscar esas bolsas de agua caliente en las orillas del Miño, con prospecciones de hasta 200 metros, o captar directamente agua del río y filtrarla a través de la tierra para calentarla mediante sistema que combina la energía geotérmica y la solar.
Ahora se redactará un proyecto que se enviará al Gobierno central para su aprobación y su inclusión en los fondos europeos del plan Edusi.
