La estructura que comenzó a levantarse en 2010 como nueva biblioteca municipal en la Rúa das Fontes de A Piringalla dejará en agosto de ser un símbolo del despropósito de algunas obras públicas para convertirse en el elegante "centro de convivencia interxeneracional" Paco Martín, según anunció este jueves la alcaldesa, Lara Méndez, durante su visita a la nueva infraestructura. Los arquitectos y jefes de obra que la acompañaron en la visita confirmaron que se cumplirá de sobra ese plazo de apertura de un centro que se presenta solo pendiente de los últimos detalles y que actualmente ya es posible valorar en todas sus posibilidades.
Como ratificación, la alcaldesa anunció que en el próximo pleno se aprobará una partida de 80.000 euros para material y equipación. El objetivo es que la obra pueda estar entregada en mayo, se pueda equipar inmediatamente después y esté a disposición de los vecinos en verano, manifestó.
El edificio ha necesitado la inversión de otro millón de euros para adaptarlo a su actual uso, dado que la estructura de acero que se había levantado al principio para albergar la biblioteca quedó durante ocho años paralizada por diversos problemas con la empresa adjudicataria. Según explicaron los arquitectos redactores del nuevo proyecto, aprovechar esta estructura dio casi más problemas que levantar una nueva, entre otras cosas porque el proyecto original ya no cumplía ninguna de las nuevas especificaciones de eficiencia energética y hasta estaba fuera de ordenación en el nuevo PXOM. Hubo que recortar casi metro y medio de la estructura, incluido el muro de contención del sótano, para ajustarla a la nueva alineación de la calle marcada por el plan urbanístico.
El resultado es un edificio muy luminoso marcado por los ventanales y una escalera interior que contagia su personalidad a toda la estructura. Las salas y espacios se han diseñado pensando en la máxima funcionalidad y comodidad, además de la polivalencia.
La visita, en la que Lara Méndez estuvo acompañada por las concejalas Ana González Abelleira y Olga López Racamonde, comenzó por la planta baja, donde un gran espacio polivalente que se dividirá con muros móviles albergará una bebeteca, con sala de lactancia, en la que los padres y los abuelos podrán compartir espacio y tiempo con los más pequeños.
La primera y segunda planta se destinarán, en principio, a salas de lectura, dotadas con nuevas tecnologías, mientras que el último piso está pensado como sala multifunción en la que los jóvenes, y también personas mayores, puedan reunirse como si se tratara de un cómodo salón. El edificio de A Piringalla cuenta también con dos terrazas que en un principio no estaba previsto que fueran abiertas a los usuarios, si bien ahora, ante los nuevos usos derivados de la pandemia, se estudia cómo aprovechar.
