- El Consorcio de Compensación cubre los sucesos "extraordinarios"
- Castelo, a la espera de que los técnicos evalúen la ladera venida abajo
La climatología es caprichosa y los fenómenos atmosféricos adversos –como el temporal registrado recientemente en la provincia lucense– dejan tras de sí multitud de desperfectos que toca reparar cuando se retoma la calma. Es el momento en el que las aseguradoras comienzan a recibir avisos y reclamaciones para que asuman los costes. Según los datos que maneja el sector, en la provincia de Lugo, los pagos por siniestros meteorológicos superan los tres millones anuales y el coste medio de cada incidencia ronda los 800 euros, una cantidad que se sitúa por debajo de la media nacional, próxima a los mil euros.
El informe El seguro y la sostenibilidad climática –que acaban de presentar las aseguradoras– analiza un periodo de cinco años y cifra el coste medio de este tipo de siniestros en la provincia lucense en 799,02 euros, el más alto de toda la comunidad gallega. Le siguen Pontevedra, con un coste de 797,62 euros; A Coruña, con 599,47 euros, y Ourense, donde cada siniestro meteorológico cuesta de media 567,45 euros.
El estudio del sector analiza también la frecuencia temporal de este tipo de incidentes y concluye que en Lugo se registra uno cada hora y 53 minutos, es decir, unos 350 al mes y alrededor de 4.200 anuales. En las otras tres provincias gallegas, la frecuencia es mayor . Así, en Ourense se registra uno cada hora y media, en A Coruña se contabiliza uno cada 35 minutos y, en Pontevedra, hay uno cada 34 minutos. Estos datos hacen referencia a las frecuencias medias, aunque el mayor número de incidencias se registra en los meses de invierno, cuando son más habituales las borrascas.
La mayor parte de las incidencias provocadas por la climatología adversa afectó a viviendas y comunidades de propietarios. "Sin embargo", explican las compañías, aunque los hogares suman la mayoría de contratos, los siniestros meteorológicos más costosos son los que se producen en las industrias. En estos casos, a nivel nacional, el coste medio del siniestro meteorológico ronda los 6.000 euros,
En los últimos años, los sucesos más dañinos atendidos por la compañías aseguradoras fueron la borrasca Gloria, que tuvo lugar en enero de 2020, y la borrasca Filomena, registrada en enero de 2021. En el caso de Gloria, se superaron los 180 millones de euros desembolsados por las compañías aseguradoras en un solo día.
A nivel nacional, las aseguradoras afrontan cada año el pago de entre 660 y 1.000 millones de euros por los siniestros meteorológicos, cuyo volumen oscila entre los 650.000 y los 850.000 siniestros anuales.
El Consorcio de Compensación cubre los sucesos "extraordinarios"
En el aseguramiento de los fenómenos causados por la naturaleza intervienen varias instituciones. El Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) se encarga de afrontar los siniestros calificados como "extraordinarios", como puedan ser inundaciones, los embates de mar o los vientos sostenidos a partir de 120 kilómetros por hora.
LO QUE ENTRA Y LO QUE NO
Las aseguradoras asumen todos los demás fenómenos, como los daños ocasionados por la nieve, la lluvia o los vientos hasta cierto umbral. De este modo, en función de como se califique el siniestro tendrá una u otra cobertura.
LO QUE NO SE REGISTRA
Los pagos del Consorcio no se incluyen en el informe de las aseguradoras, así que el impacto económico de los fenómenos meteorológicos es superior al contabilizado.
SEGUROS MULTIRRIESGO
El sector explica que el clima es el causante de entre el 15% y el 20% del todos los pagos realizados por los seguros de tipo multirriesgo.
Castelo, a la espera de que los técnicos evalúen la ladera venida abajo
Los técnicos del Concello empezarán presumiblemente a evaluar este derrumbe de parte de una ladera en Castelo, que afecta a varias viviendas y generó la caída de gran cantidad de tierra, elementos constructivos y hasta una fuente y un lavadero hacia fincas situadas en Cela, junto al río Rato.
En espera de un análisis técnico, a la zona acudió ayer el concejal Miguel Fernández, que trató con vecinos del problema.
