El comercio de proximidad de la capital lucense recibía este lunes una dosis de autoestima. Hubo un ir y venir de clientes. Se llegaron a registrar incluso colas a las puertas de algunos establecimientos, que solo podían tener el 30% de aforo. Pero lo más importante para los empresarios es que esa afluencia de visitas se tradujo en compras.
“Los clientes expresaron su toma de conciencia de hacer gasto para que nos vaya bien al comercio tradicional”, afirmaba Mariña Reino, que este lunes reabría, tras dos meses, su tienda de moda femenina, Mariña, en la Rúa do Progreso.
Esta empresaria, que con la vuelta a la actividad incorporó a las dos trabajadoras que estaban en Erte, destacaba que los lucenses “tenían ganas de salir a la calle visitar los comercios”.
Coincidía con esa apreciación la responsable de otro comercio, en este caso de ropa infantil, Elvira Carreira, de Kucadas. “Estoy contenta porque toda la gente que entró, la mayoría clientes habituales, compró. Se agradece en el primer día después de dos meses”, afirmaba.
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Pero esa esperanzadora primera jornada contrasta con las expectativas que tienen los comerciantes para lo que se avecina. “El futuro lo veo negro. Tengo la tienda a rebosar de ropa”, precisaba Elvira Carreira, que hacía un llamamiento a las autoridades locales para que contribuyan a dinamizar el comercio de proximidad lucense.
ARENAL. También daba sus primeros pasos hacia la normalidad un grande, Arenal Perfumerías El grupo empresarial lucense reabría este lunes más de un tercio de sus tiendas físicas, 18 de las 48 que tiene distribuidas por Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Castilla y León. En la capital lucense solo retomaba la actividad una, la céntrica de Quiroga Ballesteros, con una nutrida afluencia de público.
“Hemos visto mucha animación en las tiendas. La gente está con ganas de poder salir y comprar”, aseguraba su director comercial, Rafael Marzán, que precisaba que este lunes era “un día especial” porque además “muchas personas también acuden por temas de cambios, curiosidad, fidelidad...”.
Rafael Marzán quiso trasladar un mensaje optimista: “Por lo menos estamos abiertos y nuestro personal puede volver a trabajar”. Este grupo presentó un Erte que afectaba a los más de 800 empleados de sus 48 tiendas físicas.
