
Una patrulla de la Policía Local acudió de madrugada a un piso de la capital para disolver una fiesta, ya que varias personas denunciaron que no podían dormir por el ruido, pero al llegar comprobaron que no había ninguna celebración, sino que el dueño de una vivienda había puesto un altavoz en la puerta de su vecino "para fastidiarlo". El altercado se registró en la noche del jueves al viernes, sobre las dos y cuarto de la madrugada, cuando una patrulla del Grupo Operativo Nocturno se trasladó a un edificio de la Rúa Paxariños tras recibir una llamada en la Sala del 092, ya que varios vecinos denunciaban "ruidos molestos" procedentes de una vivienda.
Los agentes acudieron al lugar para disolver la supuesta celebración que molestaba al vecindario y al llegar al lugar ya escucharon desde la calle "música continuada y con un volumen muy elevado”.
Los agentes accedieron al interior del inmueble y comprobaron que un vecino había instalado un equipo de reproducción musical dentro de su vivienda y en el rellano de las escaleras, "llegando incluso a poner un altavoz directamente frente a la puerta de uno de los vecinos".
Los policías identificaron al responsable de los ruidos y le tuvieron que pedir que apagara la música hasta en tres ocasiones. El hombre reconoció además que no estaba celebrando ninguna fiesta y que puso la música a ese volumen únicamente para "fastidiar" a sus vecinos. Finalmente, fue denunciado por infracción a la Ordenanza de Protección Ambiental y a la Ley de Seguridad Ciudadana, por los ruidos y por no seguir desde un principio las indicaciones de los agentes.