El Colegio denunció a cinco falsos veterinarios, uno en ejercicio

Tiene una clínica veterinaria en la zona de A Montaña y también realiza cirugías o cesáreas de ganado vacuno

Vacas pastando en A Montaña. AEP
photo_camera Vacas pastando en A Montaña. AEP

El Colegio de Veterinarios de Lugo denunció el año pasado cinco casos de intrusismo profesional, personas que sin tener el título se dedican a ejercer, alguno incluso después de que el juzgado tuviera conocimiento de su actividad. De hecho, uno de esos falsos veterinarios mantiene abierta una clínica en la zona de A Montaña y se traslada a las producciones ganaderas para hacer el seguimiento del vacuno, diagnosticando y prescribiendo medicamentos. Hace también cirugías y cesáreas.

La presidenta del colegio, Ana López Pombo, reconoce que resulta complicado presentar denuncias por intrusismo porque es preciso reunir pruebas antes de acudir al juzgado. A veces no es posible conseguir un documento o un testigo que certifique que la persona en cuestión trató a un animal.

Uno de los casos más llamativos con los que se encontró el colegio a lo largo del tiempo fue con el del veterinario acusado por Estados Unidos de utilizar cachorros de perro para traficar con droga.

En la localización de este hombre, de origen colombiano y que estaba siendo buscado por la Interpol, tuvo un papel clave el órgano colegial lucense, ya que fue quien presentó la denuncia que acabó apuntando a su paradero. Un colegiado comunicó al colegio que este hombre había puesto una vacuna a un perro. Se pudo denunciar porque el cliente cuyo perro fue vacunado proporcionó el documento que lo certificaba y aportó su testimonio. "Nosotros no sabíamos que estaba siendo buscado por la Interpol por tráfico de droga, evidentemente", explica López Pombo, que lamenta que, en muchos casos, "sean los propios veterinarios los que protegen los casos de intrusismo".

Explica que, en ese caso por ejemplo, "otro veterinario declaró que había dado autorización para que pusiera esa vacuna". Con algunos medicamentos, efectivamente, existe esa posibilidad. Ocurre cuando un ganadero que quiere pinchar un medicamento a una vaca, pero López Pombo matiza que se trata de un tratamiento prescrito por el veterinario y que da a sus propios animales.

La presidenta recuerda que los instrusos perjudican a toda la profesión y anima a denunciar a todo aquel que tenga conocimiento de algún comportamiento de ese tipo, tras lo cual el colegio investiga para recopilar pruebas.

Otros casos
Comerciales que diagnostican

 
Otros de los casos de intrusismo detectados por el colegio se refieren a comerciales de medicamentos y productos veterinarios, que ofrecen consejo y asesoramiento que debiera ser exclusivo de los colegiados, como examen y diagnóstico de los animales. "A veces el cliente les consulta, por ejemplo, porque el perro tiene tos y miran y tratan al animal", apunta Ana López Pombo.

Por otra parte, el órgano también notificó tres casos de incompatibilidad para el ejercicio de la profesión, que notificó a la administración correspondiente.

Dos casos de maltrato
En el ejercicio 2017, el colegio también se ha personado en dos casos de maltrato animal. De uno de ellos tuvo conocimiento a través de la prensa, cuando se encontró una camada de cachorros de perro en Sarria que se pretendían ahogar en el Miño. Gracias a su denuncia y la de la protectora, se acabó localizando a la persona que los había intentado ahogar.

El segundo se refiere al caso de un perro que había sido víctima de una paliza.