Colas en los talleres lucenses debido a los jabalíes

Cuatro vehículos esperaban este miércoles a ser reparados en una nave de O Ceao, tras un fin de semana con una veintena de accidentes

Miki Sánchez, con uno de los turismos a reparar que se topó con un jabalí. XESÚS PONTE
photo_camera Miki Sánchez, con uno de los turismos a reparar que se topó con un jabalí. XESÚS PONTE

Los talleres mecánicos y las grúas de asistencia en carretera van camino de tener que poner un dispensador de números, como si de una charcutería se tratase, ante la avalancha de accidentes de circulación causados por la irrupción de jabalíes en la calzada. Solo en 48 horas los agentes del subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Lugo prestaron servicio el pasado fin de semana en una veintena de percances por este motivo.

El empresario Miki Sánchez tenía este miércoles en su taller del polígono industrial de O Ceao cuatro vehículos para reparar los desperfectos que sufrieron al cruzarse inesperadamente en su camino cerdos salvajes, tanto de noche como a plena luz del día.

"Últimamente no es normal el número de accidentes que se producen", afirma Miki Sánchez, que precisa que "el problema no es el golpe al jabalí en sí, sino que los conductores al tratar de esquivarlo se pueden ir al otro carril y chocar contra un coche que venga de frente".

Los daños suelen ser costosos, "entre 2.000 y 5.000 euros", cuantifica este empresario lucense, debido a que "al ser un golpe por delante afecta a defensa, capó, rejilla o incluso saltan los airbags y eso factura".

Foron décimas de segundo e, nun acto reflejo, intentei esquivalo. Menos mal que ía despacio, a uns 80 kilómetros por hora

UNA VÍCTIMA. Uno de los conductores lucenses que sufrió un accidente el pasado fin de semana fue Manuel Leirado. El sábado, a las diez y media de la noche, se le atravesó un jabalí cuando circulaba por el corredor rápido NadelaSarria, al que se acababa de incorporar en el acceso de Maceda, en dirección a Lugo.

El afectado, que no resultó herido, intentó esquivar al animal que se le atravesó en la carretera, pero no pudo y lo golpeó. El jabalí sobrevivió y su turismo sufrió importantes daños, pendientes de cuantificar por el perito, porque le saltó la aleta delantera y también le desprendió la defensa trasera.

"Foron décimas de segundo e, nun acto reflejo, intentei esquivalo. Menos mal que ía despacio, a uns 80 kilómetros por hora", afirma este conductor, que no se encontró con ningún vehículo de frente cuando dio el volantazo. "Era un risco se chega vir alguén. Tería un problema", agregó.

Manuel Leboreiro demanda que se adopten medidas para evitar la multiplicación de accidentes de tráfico que se está produciendo por la superpoblación de jabalíes, lo que, a su juicio, está generado "un problema tremendo".

Manuel Leboreiro demanda que se adopten medidas para evitar la multiplicación de accidentes de tráfico que se está produciendo por la superpoblación de jabalíes

Es la segunda vez que le pasaba lo mismo a este conductor. Hace 18 años, un domingo en plena temporada de caza, se llevó por delante a otro jabalí que se le atravesó en la carretera en la misma zona. Aquel ejemplar murió.

Entonces, según recuerda, tuvo que emprender acciones legales contra el tecor de la zona y contra la administración autonómica para que asumiesen el coste de la reparación del vehículo. Hoy en día no tendrá ese mismo problema porque dispone de un seguro que cubre los daños originados por la irrupción de fauna salvaje en la calzada.

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