Colas en casetas y barracas en San Froilán con abarrote en las calles

El ferial se llenó y por momentos era difícil caminar. Sin embargo, la feria Gastroarte sigue sin despegar
La avenida Rodríguez Mourelo, embotellada a media tarde.
photo_camera La avenida Rodríguez Mourelo, embotellada a media tarde.

Si el tiempo acompaña, el éxito de afluencia de público está garantizado. El miércoles, a última hora de la mañana y, sobre todo, en las horas centrales de la tarde, resultaba complicado caminar por el recinto ferial, especialmente si se iba con sillas para niños.

Se registraron las primeras colas, tanto para subir a las atracciones como para degustar el pulpo en las casetas. Cerca de las siete de la tarde aún había comensales que prolongaron la sobremesa.

En la explanada del pabellón municipal, convertida en un temporal miniparque de atracciones, los adolescentes esperaban pacientemente en fila para poner a prueba su capacidad de aguante en los mareantes engendros mecánicos.

Una de las más concurridas fue The Limit, novedad este año. Se trata del tradicional columpio que va subiendo por una interminable torre, mientras sus usuarios se balancean, hasta alcanzar casi los 50 metros de altura. Una descarga de adrenalina que dura entre cuatro y cinco minutos. Su propietario, Vicente Araque, que procede de Valencia, aseguraba el miércoles que las fiestan han «arrancado bien» en afluencia de clientes.

Muy cerca está el Saltamontes. Su dueño, el vigués Rafael García, que es el decano del ferial pues lleva más de medio siglo asistiendo al San Froilán y su abuelo ya acudía a las patronales lucenses con el espectáculo de Barriga Verde, precisaba que las fietas tuvieron «un buen comportamiento» en las horas centrales de la tarde, pero que los visitantes se marcharon «pronto» porque al día siguiente tenían que madrugar para ir al trabajo o a clase.

Cyclone, Move it, Pasaje del terror o Grand Prix fueron otras de las atracciones con éxito de público en el día del patrón.

Era el epílogo a una concurrida noche previa en la que el parque Rosalía de Castro volvió a ser tomado por cientos de jóvenes que participaban en un botellón. La Policía Local, cuya presencia se está dejando notar en la calle en este arranque de las fiestas, no registró incidentes.

Pero en el San Froilán no todo son expectativas halagüeñas, aunque acompañen las condiciones meteorológicas. Los que participan en la feria de gastronomía y artesanía Gastroarte están «preocupados». El miércoles a las cinco de la tarde había expositores que después de casi cuatro días de muestra aún no habían vendido el primer artículo cuando han pagado 700 euros más un seguro por el puesto.

A las siete de la tarde aún había gente en las casetas y los adolescentes tuvieron que esperar para subir a las atracciones con más tirón