El constante vandalismo convierte a Lugo en una ciudad sucia de palabras

Urbaser limpió pintadas en al menos 50 edificios privados en la primera mitad del año y tiene casi otra decena en cartera 

Pintada en San Pedro. XESÚS PONTE
photo_camera Pintada en San Pedro. XESÚS PONTE

Algunas son una sola palabra, una firma, un mero garabato, pero todas están donde no deben estar. Las pintadas salpican todo Lugo y obligan a Urbaser a una intervención constante para eliminarlas: por iniciativa propia en el caso de edificios públicos y, tras recibir llamadas de denuncia de los vecinos. El problema llega a tal nivel que, solo en la primera mitad del año, los lucenses han comunicado hasta cincuenta incidencias de ese tipo, pidiendo que se limpiaran sus portales, garajes, puertas o muros.

Teniendo en cuenta que, paralelamente, la empresa de limpieza procede a hacer otras intervenciones en áreas públicas cuando las percibe y que el ritmo de limpieza de las situadas en dependencias privadas es de una por semana, resulta evidente que no hay zona de Lugo sin sus pintadas.

El listado de la actividad de Urbaser de enero a julio da fe de ese hecho. Se retiraron pintadas en pleno centro, por ejemplo, en el Círculo de las Artes, pero también desde el Pazo de Feiras hasta Fontiñas. No hay zona donde los autores de pintadas no dejen su huella.

Pintadas en Ramiro Rueda. XESÚS PONTE

Pese a la dispersión, algunos puntos parecen de su preferencia, de forma que, ante la concentración en determinados puntos, el Concello explica que se aplica un plan especial. Así, hay zonas, como A Tinería, donde las actuaciones se repiten periódicamente porque se borran pintadas y aparecen otras nuevas. Ahora mismo, por ejemplo el barrio luce unas cuantas.

Como preparativo para fiestas como Arde Lucus y San Froilán, con independencia de las denuncias y con el objetivo de que la ciudad luzca buena cara, Urbaser también realiza planes específicos de limpieza de pintadas.

Igualmente, en la primera mitad del año, se retiraron graffittis de escaleras, barandillas y casetas de jardineros del parque Rosalía de Castro, otro punto donde Urbaser tiene que actuar a menudo.

La frecuencia con la que aparecen las pintadas hacen que solo en la primera quincena de este mes ya se hayan notificado otras siete incidencias en edificios privados, desde San Pedro hasta la Estrada da Granxa.

Aunque se actúe regularmente contra este problema, siempre se trata de una respuesta reactiva. Es muy difícil detener ese comportamiento, así como multar a quien realiza las pintadas porque es preciso pillarlos in fraganti.

Un caso donde sucedió, pero que resulta excepcional, fue el de la joven que realizó pintadas anarquistas durante una de las manifestaciones del Día del Trabajo. Los lemas y firmas, que fue dejando en algunos escaparates de tiendas y en las fachadas de numerosos bancos, marcaban exactamente el camino que fue siguiendo la movilización. Aunque hacía las pintadas con mucha rapidez, apenas deteniéndose unos segundos antes de volver a fundirse con el resto de manifestantes, lo cierto es que pudo finalmente ser identificada por la policía, que suele estar presente en esas marchas.