Mi ciudad me la hago yo

Un joven lucense diseña dos opciones de bajo coste para convertir la trasera del cuartel de San Fernando en un espacio útil para el barrio
Guillermo Tort.EP
photo_camera Guillermo Tort.EP

Guillermo lleva una vida buscando un lugar donde jugar a la pelota con su hermano. Ha sido consciente ahora, cuando sus 28 años y sus estudios y su profesión le han dado los instrumentos de análisis necesarios, cuando a lo mejor ya es tarde para él y su hermano, pero no para otros lucenses que se estén criando en el centro, con otros abuelos y otros hermanos, pero también sin un sitio en el que correr y jugar a la pelota, sin una de esas plazas imprescindibles para hacer barrio.

A Guillermo Tort le pasó en la Praza de Ferrol, donde vivía su abuela y donde se crio, y luego su frustración de chaval sin barrio se enfocó hacia el espacio trasero del cuartel de San Fernando: "Estudiaba en el Xoán Montes, y para ir a mi casa siempre pasaba por esa plaza. Llegué a evitarla para no verla, daba toda la vuelta, me ponía de mala leche. Una vez creces te planteas por qué es así. Y decidí hacer algo".

Una de las opciones planteadas por Tort. EP

No es el único que decidió hacer algo. También lo intentó el Concello, que hace un tiempo inauguró muy orgulloso una intervención en ese espacio con la que se supone que los vecinos habían ganado una plaza. La realidad es que sigue siendo un espacio hostil y escasamente utilizado.

Tort, graduado en Historia del Arte y dedicado profesionalmente a desarrollar en 3D proyectos de arquitectura con la metodología BIM, decidió dejar de lamentarse y proponer algo más útil: "Cogí las medidas de la plaza, hice fotos y levante el plano en 3D con el programa de arquitectura que utilizo. Tampoco quise complicarme mucho, porque considero que las plazas públicas son para la gente que vive alrededor y es la que determina qué hace falta: allí se necesita un espacio que se use y, como hay academias y colegios alrededor, qué menos que tener un sitio al que ir después de clase con tu abuelo".

El resultado fueron dos propuestas, que lanzó a las redes sociales con un gran recibimiento por parte de los lucenses. "Diseñé dos opciones", explica, "una que es más verde y más bonita, con una pérgola, y la otra con una pista de deporte mixta, con porterías y una canasta, pero que se puede usar para cualquier cosa. Incluso pueden ser de quita y pon, por si se quiere hacer algún pequeño espectáculo o concierto".

ECONÓMICAMENTE VIABLE. Este joven reconoce que no calculó el coste de la intervención, "porque hacer el presupuesto me llevaría más tiempo que hacer el proyecto. Más que nada por cómo están los materiales y la mano de obra, que es una locura", pero con su experiencia en el sector considera que "la intervención no sería cara porque ya se actuó en ella y se supone que está asentada. Aunque el sistema de desagüe debe ser desastroso porque el agua sale por todas partes. Si todo está bien, de entrada lo que seguro que habría que poner es una barandilla para que la gente no se caiga, porque es peligroso; retiraría el cemento que pusieron encima de la pizarra, que es una aberración, y haría que fuese segura. Habría unos bancos con respaldo para que los mayores los puedan usar, y todo realizado con materiales sostenibles".

Otra de las propuestas. EP

Tampoco ignora el hecho de que se trate de un edificio histórico que tarde o temprano se tendrá que rehabilitar: "Lo más importante a la hora de actuar en un edificio histórico es que sea reversible. Si al final empiezan las obras, en dos tardes se desmonta lo que yo planteo si hace falta". Guillermo Tort habla, por ejemplo, de "una barandilla de madera que en cualquier momento la puedes sacar y llevar a otro parque en el que se necesite. Cuatro apliques de luz aunque sean provisionales, una pérgola, algo de verde...".

Cuando lanzó sus ideas en las redes sociales, el revuelo que causó le permitió incluso ponerse en contacto con las autoridades municipales: "Lo planteé al Concello y me respondieron que no se podía hacer nada porque se iba a hacer el museo de la romanización", una obra de la que se lleva hablando una década. Eso sí, "a las dos semanas había unos operarios desbrozando y adecentando un poco la plaza que hay ahora, pero es que a los pocos días está igual. Además, parece pensada para que no se utilice, llena de adoquines mal puestos".

Sea como sea, Guillermo Tort deja ahí sus ideas para quien quiera aprovecharlas, unas ideas que nacen de un razonamiento muy común, pero concluido con una respuesta diferente: "Pasaba por ahí y me decía: Es muy fácil hacerlo bien. Pero entones me pregunté: ¿Si tan fácil es, por qué no lo haces tú? Y lo hice".

Menos granito y más madera
Guillermo Tort es un gran defensor de las peatonalizaciones, sobre todo las realizadas en el centro, que considera prioritarias sobre las de la Ronda. En la que más cerca la toca, la de Quiroga Ballesteros, le gustaron cosas como que "se esconda el cableado, pero estoy cansado de tanto granito. Galicia ya es bastante gris como para seguir pensando solo en gris".

Madera
En este sentido, Tort defiende materiales como "la madera, que siempre la echo en falta en la obra pública. Para la calidad de madera y las empresas que tenemos en Galicia, se utiliza muy poco en las plazas".

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