Dotar al Sagrado Corazón de un nuevo centro de salud es una vieja demanda social. El actual, que atiende unas 75.000 consultas al año, se ha quedado obsoleto. Lleva más de tres décadas en los bajos de dos edificios del polígono de este barrio, que originalmente Caixa Galicia utilizaba como almacén. Lo que a finales de los años 80 iba a ser una ubicación provisional se convirtió en permanente.
Este inmueble presenta barreras arquitectónicas que dificultan la movilidad de los pacientes, sobre todo de aquellos que precisan silla de ruedas para desplazarse, así como de los padres que vayan con los carritos de bebé. La mayoría de sus usuarios son en este momento personas mayores.
Este centro de salud atiende a 6.942 asegurados, 945 de ellos menores de 15 años de edad. Su plantilla está compuesta por 16 personas: cinco médicos; una pediatra; una farmacéutica, que presta también sus servicios en el de San Roque; una trabajadora social, que lo compagina con el de la Praza do Ferrol; cinco enfermeras, un técnico en cuidados auxiliares de Enfermería y dos trabajadores no sanitarios.
Esta posibilidad está más cerca. La alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, y el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, acordaban el pasado martes negociar con Abanca para que les ceda el viejo colegio del Sagrado Corazón, que cerrará sus puertas a finales de este curso, para reformarlo con la finalidad de que acoja el futuro centro de salud.
Ese cambio de ubicación supondría pasar de un inmueble de unos 500 metros cuadrados de superficie a otro que tiene más del doble, unos 1.200.
Esa alternativa surge porque el próximo curso abrirá el nuevo colegio del Sagrado Corazón, cuyas obras, en las que se invierten 4,2 millones de euros, están a punto de concluir.
[ El colegio del Sagrado Corazón cerrará sus puertas a finales de este curso. XESÚS PONTE ]
