TAL DÍA COMO este viernes en 1921 nacía en la Casa da Torre de Riazón, en Ombreiro, en donde sigue viviendo, María Josefa Pedrouzo Castro. Pese a su avanzada edad, 101 años, según cuentan sus nietos, esta lucense lee este periódico todos los días "sin gafas", camina casi sin echar mano del bastón y conserva "muy bien" sus facultades mentales.
Esta vecina de Ombreiro no ha querido celebrar su cumpleaños porque hace tres perdió a su marido, con el que estuvo casada durante 74 años, Antonio Martínez Docampo, quien también formó parte del selecto club de los centenarios. Este matrimonio se ganó la vida con su explotación de vacas y las labores agrícolas.
María Josefa Pedrouzo, que tiene cuatro hijos (Maruja, Josefa, Manolo y Suso) y siete nietos, goza de buena salud. Sigue haciendo sus pinitos en el campo. Este año ayudó a su familia a recoger las castañas y a plantar las patatas y más de una vez va a la huerta a por lechugas.
Cuentan sus allegados que María da Torre, como la conocen todos, "come de todo" y que "todo le sienta bien". Tal vez el secreto de su longevidad, según bromean, es que todos los días en la sobremesa se toma "un cafetito con una pinga de aguardiente".
Sus seres queridos dicen que les "enorgullece" la "admirable dedicación" que esta centenaria siempre ha tenido hacia su familia. La mujer pasó el día de este viernes como otra jornada más, con sus habituales rutinas y, como siempre, con su familia.
