Una catarí peregrina con seis compatriotas musulmanas para "empoderarlas"

Tras hacer el Camino varias veces, Thekrayat Ali montó su propia empresa para enseñar "otras realidades" a las mujeres de su país

Thekrayat Ali, durante uno de sus viajes. EP
photo_camera Thekrayat Ali, durante uno de sus viajes. EP

La vida es más que dinero, ropa y joyas, el día a día de muchas mujeres catarís, apunta Thekrayat Ali, una joven de este rico país árabe que quiso ver otras realidades allá por 2011. Se enganchó a viajar y a caminar, hizo de esto su modo de vida y ahora se empeña en enseñar "otros mundos" a sus compatriotas.

Thekrayat Ali fue la primera mujer de Catar, asegura, que peregrinó a Santiago y esta será la quinta vez que hace el Camino. Llegó este sábado a Lugo con otras seis jóvenes que este domingo iniciarán la peregrinación hacia Santiago en Sarria, con el fin de completarla en cinco días. Organiza los viajes a través de su empresa, My journey, en colaboración con Spanish Steps, agencia especializada en gestionar grupos de peregrinos.

El choque cultural es grande y Thekrayat Ali no permite que se fotografíe al grupo –"en Catar no está bien visto", se excusa– ni favorece la charla con las mujeres, que tampoco muestran disposición a ella. Acaban de cruzar un continente y suben rápido hacia sus habitaciones en el hotel Méndez Núñez. Este domingo empezarán a caminar y, cuando finalicen la etapa, seguramente algunas se verán incapaces de repetir lo mismo durante los siguientes cuatro días. Ese será el primer y el principal aprendizaje del viaje y en esencia lo que su guía pretende con este proyecto: "Que se den cuenta de que ellas pueden, que crean en sí mismas, en su capacidad para hacer cosas, y que lo crean cuando vuelven a su país, donde el estilo de vida es muy diferente", explica Thekrayat.

Aunque desde que, en los noventa, el jeque Hamad bin Jalifa Al Thani se hizo con el poder, el país entró en un periodo de liberalización y modernización y fue, por ejemplo, la primera monarquía del Golfo que dio derecho a voto a las mujeres, el emirato sigue manteniendo su identidad islámica y las mujeres no solo siguen privadas de muchos derechos. Como muestra, las mujeres violadas son condenadas por adulterio.

El carácter cristiano del Camino no es un problema para las mujeres musulmanas porque el peregrinaje no es religioso

Thekrayat responde con un firme "sí" cuando se le inquiere sobre si lo que busca con sus compatriotas es mostrarles que en otros lugares las mujeres tienen más derechos. No todas las personas que buscan viajar con esta catarí son aceptadas. Primero les hace una entrevista, para conocer su motivación, y hay casos en los que concluye que "esto no es para ti".

Thekrayat es más que una guía de viajes. Es una especie de coach que, antes del inicio de cada etapa, sugiere a las mujeres un tema sobre el que pensar mientras caminan y por la noche les da una pequeña charla. El Camino lleva a uno de los grandes símbolos del cristianismo, pero eso tampoco es un problema para estas mujeres musulmanas, porque, como para muchos otros peregrinos, la meta no es religiosa.

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