La acumulación de cartón y papel fuera de los contenedores que hay en la calle vuelve a ser motivo de queja de muchos ciudadanos porque la basura acaba desperdigándose y, cuando llueve, se va a los sumideros e incluso se generan situaciones de riesgo en las aceras, al convertirse el residuo en una pasta resbaladiza.
La imagen de los contenedores azules desbordados es habitual en muchos puntos de la ciudad a pesar de que, el año pasado, se amplió el horario y el personal destinado a la recogida de este residuo, según explicó el concejal de medio ambiente, Daniel Piñeiro.
La cantidad de cartón y papel que llega a los contenedores aumentó mucho el año pasado, cuando China dejó de importar. En el tiempo que lo hizo, llegaba mucho menos papel y cartón porque había empresas que iban por las tiendas y otros centros generadores de este residuos recogiéndolo para luego venderlo y enviarlo al país asiático.
